Según las informaciones recogidas por la agencia estatal turca de noticias, Anatolia, los acusados estaban imputados por la muerte de al menos seis personas, entre ellas un policía, durante la asonada.
Los condenados son seis antiguos oficiales del Ejército y 57 ex estudiantes de una academia militar.
Las autoridades de Turquía han acusado a Fetulá Gulen, quien reside en Estados Unidos, de orquestar la intentona, si bien el clérigo islamista ha rechazado cualquier responsabilidad en lo sucedido.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y Gulen eran aliados políticos hasta que la Policía y la Fiscalía, supuestos simpatizantes del clérigo, según el Gobierno turco, abrieron una investigación sobre corrupción en 2013 contra varios altos cargos del Ejecutivo.
Entonces, el mandatario turco acusó al clérigo de conspirar y erigir un Estado paralelo para derrocar al Gobierno con ayuda de la Policía y medios simpatizantes.
Bajo una fuerte represión desde la asonada, más de 50.000 personas han sido encarceladas en espera de juicio por supuestos vínculos con Gulen, mientras que 150.000 personas han sido despedidas o suspendidas de empleo en los sectores militar, público y privado.