«Vamos a ser cautelosamente optimistas, pero creemos que las cosas avanzan en la dirección correcta», ha dicho la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders. «La reunión de ayer (entre Kim y Xi) es una buena indicación de que la campaña de máxima presión está funcionando», ha agregado.
Así, ha sostenido que la visita de Kim a Pekín –la primera vez que el líder norcoreano sale del país desde que asumiera el poder el 30 de diciembre de 2011– «es un signo positivo».
«Seguiremos avanzando en este proceso de cara a una reunión en el futuro», ha remachado Sanders, en aparente referencia al encuentro que mantendrán Kim y el presidente estadounidense, Donald Trump, previsiblemente en mayo.
Horas antes, el propio Trump dijo que «está deseando» reunirse con el líder norcoreano, si bien dejó claro que hasta que esto ocurra las sanciones contra Corea del Norte seguirán en vigor.
«Durante años y muchas administraciones, todo el mundo dijo que la paz y la desnuclearización de la península de Corea no tenían ni una mínima posibilidad», defendió Trump en un mensaje en su Twitter.
«Ahora hay una buena oportunidad de que Kim Jong Un haga lo que es correcto para su pueblo y para la Humanidad», añadió, antes de asegurar: «Estoy deseando que llegue nuestro encuentro».
Según explicó, el presidente chino le envió un mensaje el martes por la noche en el que le informó de que «su encuentro con Kim Jong Un fue muy bien y que Kim está deseando reunirse» con él. «Entretanto, y desgraciadamente, deben mantenerse a cualquier coste las sanciones y la presión máximas», remachó.