La situación en Taiz es especialmente precaria, a pesar de las malas condiciones que se extienden por todo el territorio. Según un comunicado emitido por la organización, cerca de la mitad de los hospitales de la ciudad están cerrados y oleadas de heridos buscan tratamiento desesperadamente.
«Durante las últimas cinco semanas hemos estado preguntando a las partes afectadas para autorizar la entrega de medicinas urgentes al hospital de Al Thawra, pero hasta ahora no hemos tenido éxito. Este envío es crucial para salvar vidas», ha añadido.
Después de más de seis meses de escalada de violencia, la población de Taiz está sufriendo la grave escasez de agua, comida, electricidad, gas y combustible. Las restricciones impuestas al movimiento de bienes dentro de Yemen y, especialmente, en algunas regiones del país han desencadenado una crisis humanitaria «extremadamente grave». «Hoy, hemos podido distribuir comida y ayuda básica a algunos desplazados en las afueras de Taiz, pero todavía es muy complicado el acceso de suministros a la ciudad», ha afirmado Grand.
El Comité Internacional de Cruz Roja ha apelado a todas las partes del conflicto para asegurarse de que se toman todas las medidas posibles para proteger a los ciudadanos y las estructuras civiles, así como para levantar las restricciones impuestas al reparto de suministros en Yemen.
Las partes deben proveer asistencia humanitaria, o permitir a las organizaciones que ayuden imparcialmente a la gente afectada por el conflicto, ha señalado la organización.
ESCALADA DE VIOLENCIA
Por otro lado, el jefe de la delegación del CICR en Yemen, Antoine Grand, ha actualizado el balance de los bombardeos efectuados el miércoles por los huthis en Taiz. «Los centros médicos han contabilizado la muerte de 22 personas y más de 140 heridos», ha dicho.
Taiz, considerada como la capital cultural de Yemen, ha sufrido una gran destrucción desde que se convirtió en el principal campo de batalla en el conflicto entre los partidarios del Gobierno y los huthis, que están respaldados por fuerzas leales al expresidente Alí Abdulá Salé.
Al menos 5.400 personas han muerto desde marzo en el conflicto en Yemen, el país más pobre de la Península Arábiga.