«No podemos quedarnos de brazos cruzados» ha afirmado Hahn, que cree que hay que guiarse «por los hechos, no por las emociones», por lo que insiste en la necesidad de llevar a cabo una investigación independiente a cargo de Naciones Unidas. La escalada de violencia en Gaza se intensificó tras el traslado de la Embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén y la tensión no ha dejado de aumentar desde entonces.
La Comisión Europea se reitera en su llamamiento a la contención y reconoce el derecho de Israel a defenderse, pero de una manera «proporcionada y sin hacer uso excesivo de la fuerza». También pide a Hamás y a los líderes de las protestas que velen por que «las manifestaciones no tengan un carácter violento». Desde el 30 de marzo, cuando comenzaron las marchas para exigir el regreso de los refugiados a los territorios ocupados por Israel han muerto más de 100 palestinos.
Hahn considera que lo sucedido «nos recuerda que tenemos que abrir una vía para la paz y la seguridad» y ha defendido la vuelta a las negociaciones como único camino para aclarar el estatus de Jerusalén. «No se puede negar el vínculo de los judíos con Jerusalén, pero tampoco el de los palestinos», ha señalado.
También ha incidido en la necesidad de mitigar la crisis humanitaria en Gaza y conseguir acceso a los heridos. Para ello, «el desmantelamiento de las barreras por parte de Israel sería la mejor medida».
La mayoría de los grupos políticos de la Eurocámara coinciden en reclamar una investigación independiente. La socialista Elena Valenciano también ha pedido a la UE que cite a Israel para comprobar si está cumpliendo el acuerdo que mantiene con el bloque europeo y ha advertido de que la agenda de Washington coincide con la del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por lo que Estados Unidos «ya no es un aliado para un proceso de paz», ha declarado.
Por su parte, el eurodiputado del Partido Popular Europeo Cristian Dan Preda ha rechazado achacar el incremento de la violencia a la decisión de Estados Unidos de trasladar su embajada y ha acusado a Hamás de ser «el instigador de la violencia». Su colega español José Ignacio Salafranca ha mostrado su «consternación» por las víctimas y ha pedido «evitar una escalada».