La víctima, Camir Nkurunziza, fue miembro de la Guardia Presidencial y escapó del país para refugiarse en Sudáfrica debido a su pertenencia al RNC, que abandonó recientemente.
El vehículo en el que viajaba por la ciudad fue secuestrado antes de que fuera tiroteado, tal y como ha confirmado Epimaque Munyaneza, miembro de la formación, en declaraciones a la cadena de televisión británica BBC.
Patrick Karegeya, uno de los fundadores del RNC, fue asesinado a tiros en 2013 en el interior de su habitación de hotel en Johanesburgo, mientras que Kayumba Nyamwasa, otro opositor, sobrevivió en 2010 a un intento de asesinato, también en este país.
El RNC ha achacado todos estos incidentes a las autoridades de Ruanda, que ha negado cualquier responsabilidad en los sucesos. Sin embargo, el presidente del país, Paul Kagame, dijo tras el asesinato de Karegeya que «no se puede traicionar a Ruanda y no ser castigado por ello».
Kagame, que tiene 61 años, es el único dirigente que ha conocido Ruanda desde el inicio del nuevo milenio. Comandó la fuerza rebelde que acabó con el genocidio de 1994 y se convirtió en vicepresidente hasta que en el año 2000 escaló a la Jefatura del Estado como presidente de un gobierno interino al que pusieron fin los comicios de 2003, los primeros que ganó.
El presidente se hizo con el reconocimiento de la comunidad internacional por llevar a cabo una recuperación económica, pacífica y rápida tras el genocidio de 1994, cuando unos 800.000 tutsis y hutus moderados perdieron la vida.
Sin embargo, el mandatario también ha sufrido duras críticas por parte de grupos de defensa de los Derechos Humanos, que lo han acusado de abusos y torturas, así como de represión contra la oposición y los medios de comunicación independientes.