Fuentes oficiales citadas por la cadena de televisión afgana Tolo TV han indicado que entre las víctimas mortales hay varios niños.
El portavoz del Gobierno provincial, Omar Zuak, ha detallado que el atentado ha sido perpetrado cerca de un estadio local cuando la gente salía de ver una competición de lucha.
El presidente del país, Ashraf Ghani, ha condenado el ataque y ha recalcado que «los enemigos de Afganistán no pueden evitar la celebración de eventos tradicionales, religiosos y culturales en el país».
Por su parte, la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) ha recalcado que «los ataques contra civiles son una clara violación del Derecho Humanitario y podrían equivaler a crímenes de guerra».
Por el momento ningún grupo ha reclamado la autoría del atentado.
El ataque ha sido perpetrado dos días después de la muerte de al menos 32 personas en un atentado suicida perpetrado en la capital del país, Kabul, coincidiendo con la celebración del Nouruz, el Año Nuevo Persa. Estado Islámico aseguró haber estado detrás del ataque.