«Existen varias campañas (contra Turquía) a nivel nacional e internacional», ha dicho el ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, quien ha sostenido que el objetivo de las mismas es «dañar» la imagen del país, según ha informado el diario turco »Hurriyet».
En base a las informaciones publicadas por el diario estadounidense, la reacción de Ankara provocó que el Gobierno israelí se atrincherara en su postura de no pedir disculpas a Turquía por el asalto a la flotilla humanitaria que intentaba romper el bloqueo marítimo de la Franja de Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se disculpó finalmente en marzo tras un difícil ejercicio de diplomacia liderado por la entonces secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, y culminada el presidente, Barack Obama.
El jefe de los servicios de inteligencia turcos, Hakan Fidan, está bajo sospecha de Israel por entender que mantiene relaciones demasiado cercanas al Gobierno iraní. Además, las autoridades de Tel Aviv sospechan que la revelación de los encuentros entre iraníes e israelíes procedió directamente del MIT entre cuyas tareas se encuentra la de investigar estas reuniones secretas.
No obstante, Fidan y la agencia que lidera siguen siendo a día de hoy una fuente de información importante para Estados Unidos, que a su vez comparte con ellos datos confidenciales dada la gran influencia de la que goza el servicio dentro de las fronteras de Turquía.