El 5 de septiembre se cumplen 40 años del secuestro y asesinato de 11 atletas de Israel en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, a manos de terroristas palestinos del grupo Septiembre Negro.
En Alemania, una ceremonia recordó a las víctimas en el lugar donde concluyó trágicamente la toma de rehenes, la antigua base militar de Fürstenfeldbruck, 25 kilómetros al oeste de Múnich.
Una herida colectiva
Ni Alemania ni Israel han olvidado nunca la Matanza de Múnich, iniciadad en las primeras horas del 5 de septiembre de 1972. Ese día ocho miembros de la organización terrorista palestina Septiembre Negro penetraron en el apartamento de la Villa Olímpica ocupado por la delegación israelí, matando en el acto a dos atletas israelíes y secuestrando a otros nueve.
El chantaje que pretendían con la acción era obtener la liberación de 232 prisioneros palestinos. La operación de rescate de los atletas, organizada por los servicios de seguridad alemanes en la base militar, fracasó y culminó con la muerte de los nueve rehenes, un policía alemán y cinco miembros del comando y la detención de tres palestinos.
Pocos días antes de la conmemoración del 40 aniversario del drama, Israel desclasificó decenas de documentos que critican abiertamente el operativo policial alemán.
La República Federal Alemana no hizo el «mínimo esfuerzo para salvar vidas«, estimaba uno de los jefes del Mossad, los servicios secretos israelíes, en uno de los documentos.
La lista de acusaciones incluyen el hecho de que algunos francotiradores estuvieran equipados con simples pistolas, hubo vehículos blindados que llegaron tarde a la escena y los policías acudieron sin linternas para seguir los movimientos nocturnos de los comandos.
Algunos de los documentos dejan también en evidencia fallos en el dispositivo de seguridad israelí. En julio pasado, el semanario Spiegel desveló que un grupo neonazi ayudó a los terroristas a preparar la masacre.
El semanario recordó que la Villa Olímpica estaba protegida por una simple alambrada, sin otras medidas de seguridad. El jefe de la policía de Múnich dijo en aquel entonces que temía que una fuerte presencia policial evocara el clima de los Juegos Olímpicos de Berlín, organizados por el régimen nazi en 1936.