La fiscalía criminal francesa ha apuntado este jueves que el copiloto se hallaba a los mandos del A320 estrellado en los Alpes Franceses, y añadieron «podemos hablar de una acción deliberada para destruir el avión».
El copiloto, identificado como el alemán Andreas Guenter Lubitz, de unos 28 años, trabajaba para Germanwings desde septiembre de 2013. El hombre había completado 630 horas de tiempo de vuelo, y anteriormente trabajó en la escuela de aviación civil de Lufthansa. El joven, de Montabaur (Renania-Palatinado), se formó en Bremen.
El fiscal del caso ha desvelado en rueda de prensa los detalles de la grabación de la caja negra a la que se ha accedido en las últimas horas, y ha apuntado algunos datos del copiloto, que cerró la puerta de seguridad de la cabina para impedir el acceso del comandante, identificado como Patrick Sonderheimer e hizo bajar miles de metros el avión hasta estrellarse.
El terrible final del A320
«La caja negra registra los intercambios de la conversación entre comandante y copiloto. Tenemos los últimos 30 minutos del vuelo. Durante los 20 primeros minutos los dos primeros minutos hablan de forma normal. Luego se oye al comandante de a bordo que prepara el aterrizaje y la respuesta del copiloto parece lacónica. Luego se oye al comandante de a bordo que le dice al copiloto que tome el mando y oímos a la vez el ruido de una silla que se echa para trás y una puerta que se cierra Se podrían pensar que se ha ausentado».
Añade el fiscal quel «cuando está solo el copiloto manipula los botones para que baje el avión de forma deliberada. Se escucha al comandante que pide entrar en la cabina. Se escucha un ruído de respiración humana dentro de la cabina. Eso significa que estaba vivo. A priori respiraba normalmente. No de alguien que tiene un infarto».
Posteriormente, «se escuchan los contactos de la torre de control de Marsella en varias ocasiones y no hay respuesta del copiloto. Significaba que el avión era prioritario respecto a otros en caso de aterrizaje de emergencia. Incluso la torre de control pidió a otros aviones que intentaran contactar con el airbus y no hay respuesta tampoco. Se avisa que el suelo se acerca y se siguen escuchando golpes en la puerta«.
Justo antes del impacto final se escucha el ruído de un primer impacto en un terraplén. El avión habido de deslizarse sobre un terraplén antes de chocar contra una montaña. No ha habido ningún tipo de mensaje de emergencia. Tampoco ha habido ninguna respuesta a todas las llamadas que han hecho los controladores aéreos.
La interpretación hoy por hoy en función de la grabación la más razonable es que el copiloto se ha abstenido voluntariamente de abrir la puerta de la cabina, no ha dejado entrar en la cabina al comandante de a bordo y ha accionado el botón para la pérdida de altitud.
En los últimos minutos el aparato bajó de 30.000 pies a 2.000 metros de altitud. La montaña con la que choca está a 2.000 metros. Accionó el botón de pérdida de altitud. La razón se ignora pero creo que puede ser una voluntad deliberada de destruir el avión.
Las víctimas puede que solo se dieran cuenta en el último instante porque en la banda se escuchan los gritos justo antes del impacto.
Los 30 minutos, paso a paso
– El comandante le dice al copiloto «te dejo al mando del avión»
– Se escucha una silla arrastrarse y una puerta cerrarse.
– El copiloto pulsa de forma deliberada el botón para descender.
– El piloto aporrea la puerta desde fuera.
– En cabina se escucha una respiración normal.
– En cabina se escuchan las llamadas de aviso del controlador aéreo preguntando qué sucede.
– En cabina se escucha la alarma de que la tierra está cerca.
– En el último minuto se escuchan los gritos de los pasajeros.
– Se escucha como el avión choca con una ladera y se arrastra por un terraplén.
Así es la grabación de la caja negra
El vuelo 4U9525 de la compañía Germanwings empezó como cualquier otro, con conversaciones habituales entre los dos pilotos, pero, tras una salida del comandante de a bordo de la cabina de pilotaje, terminó en tragedia, a impulso del joven copiloto.
El fiscal francés Brice Robin contó el jueves lo ocurrido, basándose en la grabación de los sonidos de la cabina de la caja negra del avión que se estrelló el martes en los Alpes franceses cuando realizaba el trayecto entre Barcelona y Dusseldorf.
«Durante los primeros 20 minutos del vuelo, los dos pilotos (el comandante de a bordo y el copiloto) conversaron de manera completamente normal, e incluso cortés y jovial, como dos pilotos durante un vuelo». «No pasa nada anormal», contó el jueves Brice Robin, fiscal a a cargo de la investigación judicial en Francia, en referencia a esos momentos, siempre a partir de la grabación de la caja negra que registró las conversaciones en la cabina de pilotaje.
Al mismo tiempo, el avión alcanzó normalmente su altitud y su velocidad de crucero. Un último contacto fue mantenido con los controladores aéreos en el momento en que el avión entraba en el espacio aéreo francés.
En la grabación, «se oye luego al comandante preparar el aterrizaje en Dusseldorf. Las respuestas del copiloto parecen lacónicas».
El copiloto es Andreas Lubitz, de 28 años de edad y nacionalidad alemana.
«Después se oye al comandante de a bordo pedir al copiloto que tome el mando, el ruido del asiento que retrocede y de la puerta que se cierra».
«Podemos pensar legítimamente que se ausentó para atender una necesidad natural. En ese momento, el copiloto queda solo, manipula los botones de »flight monitoring system», para accionar el descenso del aparato».
Al igual que la justicia francesa, los directivos de las Germanwings y Lufthansa, su casa matriz, apuntaron al copiloto como origen de la catástrofe. Él «bloqueó» la puerta de la cabina, según fuentes alemanas.
En el avión, «la acción sobre el seleccionador de altitud sólo puede ser voluntaria», precisó el fiscal francés.
En la grabación de la caja negra, «se oyen varios llamados del comandante pidiendo el acceso a la cabina de pilotaje» por intermedio del interfono con visor. «Se identificó, pero no hay ninguna respuesta del copiloto. Golpeó después la puerta, siempre sin recibir respuesta. En ese momento se oye un ruido de respiración humana dentro de la cabina. Ese ruido dura hasta el impacto final, lo que quiere decir que el copiloto estaba vivo».
Cuando los controladores aéreos se dieron cuenta de que el Airbus A320 cambiaba de altitud e iniciaba un descenso sin modificar su trayectoria rectilínea, la torre de control de Marsella (sur de Francia) trató varias veces de contactarlo. Pidieron al avión que hiciera el código de emergencia, el 7700, pero no recibieron «ninguna respuesta del copiloto», prosiguió el fiscal.
Al acercarse a tierra, sonaron las alarmas, perfectamente audibles en la grabación. «En ese momento, se oyen golpes asestados violentamente como para derribar la puerta», pero «es una puerta blindada, conforme a las reglas internacionales» agregó Robin.
«Justo antes del impacto final, se oye lo que puede ser probablemente el ruido de un primer choque contra un talud. El avión se deslizó probablemente por una pendiente antes de chocar, a 700 km/h, contra la montaña. Ningún mensaje de socorro o de emergencia fue recibido por los controladores aéreos. No se dio ninguna respuesta a sus numerosos mensajes».
Según el fiscal, fue sólo unos segundos antes del impacto que los pasajeros se dieron cuenta de que iban a estrellarse. Y sus gritos de terror se oyen justo antes del choque contra la montaña.
Para la justicia francesa, «la interpretación más verosímil es que el copiloto, voluntariamente, rehusó abrir la puerta de la cabina al comandante» y «accionó el botón de pérdida de altitud, por una razón que ignoramos totalmente, pero que puede analizarse como una voluntad de destruir el avión».