«Nuestra investigación sobre el terreno durante las últimas dos semanas no deja lugar a duda de que se están cometiendo crímenes de guerra y contra la Humanidad por todas las partes en conflicto», ha dicho Christian Mukosa, experto de la organización en CAR.
«Entre ellos hay ejecuciones extrajudiciales, mutilación de cuerpos, destrucción intencional de edificios religiosos, tales como mezquitas, y desplazamiento forzoso de grandes grupos de personas», ha agregado.
La organización ha solicitado a Naciones Unidas que despliegue rápidamente una fuerza internacional con un mandato claro para proteger a la población civil y recursos suficientes como para hacerlo de forma efectiva.
La violencia estalló el 5 de diciembre, cuando grupos »anti-balaka», opuestos a la guerrilla Séléka, fueron casa por casa en la capital, Bangui, matando a alrededor de 60 ciudadanos musulmanes. Las tropas del Gobierno »de facto» del país respondieron contra la comunidad cristiana, matando a alrededor de mil personas durante los siguientes dos días.
Asimismo, otras 90 personas han muerto desde el 8 de diciembre en los enfrentamientos esporádicos registrados en varios puntos del país. AI ha indicado que algunas personas murieron por disparos, mientras que otras fueron asesinadas a machetazos o lapidadas.
La organización ha sostenido que «la completa ausencia de justicia y rendición de cuentas por estos crímenes ha generado una espiral de asesinatos en venganza que ha incrementado el odio entre comunidades, así como la desconfianza mutua.
«La continuación de la violencia, los graves daños a las propiedades y el desplazamiento forzoso de la población en bangui está alimentando un enorme odio, hostilidad y desconfianza», ha valorado Mukosa. En total, 614.000 personas se han visto desplazadas, 189.000 únicamente en Bangui, lo que supone una cuarta parte de su población.
«No hay expectativas de que el ciclo de violencia termine hasta que las milicias sean desarmadas y exista una protección adecuada y efectiva de los miles de civiles que están en situación de riesgo. Los barrios residenciales han de ser asegurados como prioridad urgente para que la gente pueda volver a sus casas», ha agregado.
Mukosa ha destacado que uno de los asuntos más preocupantes es que, en la actual situación, no está clara la diferencia entre los grupos armados organizados y los grupos de civiles que están actuando por su cuenta.
Por último, AI ha pedido a la ONU que establezca una comisión para investigar los crímenes de guerra y contra la Humanidad en el país. «Es importante establecer la responsabilidad por estos crímenes por parte de todas las partes para lograr el fin de la impunidad que ha prevalecido durante décadas en el país», ha remachado.