«AI toma nota de las declaraciones del portavoz de la Presidencia de Túnez (Adnene Mansar) el 23 de mayo, cuando dijo que Al Mahmudi no será extraditado a no ser que Libia pueda garantizar un juicio justo para él», según ha informado la agencia estatal tunecina TAP.
Al Mahmudi criticó el anuncio y aseguró que la decisión de Túnez de extraditarle a Libia significa «su ejecución inmediata». En su argumentación, Al Mahmudi puso en duda la capacidad y la voluntad del Consejo Nacional de Transición libio (CNT) de garantizarle las condiciones de un proceso judicial justo.
Al Mahmudi dijo que «no está dispuesto a ser juzgado en Libia», aunque aseguró que «responderá a todas las acusaciones que le incriminen en cualquier otro país del mundo en el que el sistema judicial existente le garantice un proceso justo que preserve sus derechos».
«No hay y no puede haber en las próximas fechas un proceso justo en Libia en base a los estándares internacionales más elementales», arguyó, antes de estimar que el CNT no tiene ni la capacidad ni la voluntad sincera de garantizar un proceso de estas características.
«Como sabe, Al Mahmudi inició una huelga de hambre hace tres días para protestar contra su extradición tras las declaraciones del ministro de Justicia tunecino, Nourredine Bhiri, en las que aseguró que la misma se podría producir en días o semanas», ha agregado Shetty.
La organización ha dicho que «por haber sido miembro del Gobierno de Gadafi, Al Mahmudi se enfrenta al riesgo real de violaciones graves de sus derechos en caso de que se le obligue a regresar a Libia». Entre ellos, ha citado «sufrir una detención arbitraria, torturas, malos tratos, ser sujeto a un proceso justo o a una ejecución extrajudicial».
Así, Shetty ha indicado que Al Mahmudi podría enfrentarse a la pena de muerte, sentencia contra la que se opone «en todos los casos», ya que es «una violación suprema del derecho a la vida». Además, la organización ha dicho que continúa recibiendo informes sobre torturas sistemáticas y malos tratos a los detenidos en Libia, por lo que se ha mostrado «fervientemente convencida de que Al Mahmudi no debe ser extraditado en ningún caso».
Un tribunal de Túnez dictaminó en noviembre del año pasado que Al Mahmudi debería ser extraditado, pero el presidente del país, Moncef al Marzuki, dijo después que la entrega no podía realizarse mientras la situación en Libia no se estabilizase y no estuviese garantizado que tendría un juicio justo.
El pasado febrero, un tribunal tunecino retiró el cargo de entrada ilegal en el país que se había presentado contra Al Mahmudi, pero éste ha permanecido en prisión a la espera de la decisión sobre la solicitud de extradición de las autoridades libias. De esa manera, ya no pesaban cargos contra Al Mahmudi en Túnez pero continuaba en prisión porque las autoridades de los dos países no habían llegado a un acuerdo.
Durante varios años, el antiguo primer ministro fue una figura importante dentro de la élite del régimen de Muamar Gadafi, aunque se enfrentó en varias ocasiones –aunque no públicamente– a Saif al Islam, hijo del ex líder libio.