«Ha sido un Dakar muy largo, con muchísimos kilómetros y muy trabajado. Al final, cuando en la etapa de ayer sólo me quedaban 20 kilómetros, la moto se paraba y no podía acabar. Era pura desesperación y sólo tenía ganas de llorar de rabia», recordó Barreda.
«Sabemos que este deporte es así y tenemos que aprender estas lecciones, porque ganar el Dakar cuesta mucho. Seguro que todo esto nos sirve de experiencia para ser más fuerte todavía en los próximos años. Hoy he salido a la especial intentando estar concentrado y ser profesional», dijo Barreda, que ganó la última etapa.
Por último, el piloto castellonense, que concluyó séptimo en la general, explicó que analizará «todo lo qué ha pasado» en el Dakar para «mejorar todas las cosas que han fallado». «He notado mucho la ausencia de mi mochilero [Paulo Gonçalves], porque si él hubiera estado ayer hoy estaríamos en el podio», finalizó Barreda.