La toledana, de 16 años, llegó el pasado mes de febrero a este Centro de Alto Rendimiento, donde puede compatibilizar su preparación deportiva al máximo nivel, con una formación educativa propia de su edad. «Al principio era raro, estaba sola, pero empecé a conocer gente y poco a poco me fui adaptando», reconoce Herrera.
Con todos los preparadores físicos, nutricionistas, psicólogos deportivos y profesores a su alcance, la joven piloto ha podido acercarse más a su sueño de convertirse en piloto profesional, una meta hacia la que esta semana dará un paso más, estrenándose en el Campeonato del Mundo de Moto3.