María Escoté, que ha compartido desfile con Carlos Diez, ha inaugurado hoy la quinta jornada de la pasarela madrileña con una colección dulce y salvaje colmada de potentes estampados para el día y cientos de lentejuelas para la noche. «Es un colección dulce», ha dicho la diseñadora.
Escoté ha jugado con gasas y lentejuelas hasta crear divertidos vestido de fiesta con traviesos cortes que invitan a bailar toda la noche.
Los tonos pastel, como el amarillo pollo, el rosa y el azul bebé, intiman con el plata en minivestidos, faldas cortas y «tops» para vestir a la mujer con pinceladas dulces a la par que canallas.
Para el día, Escoté ha preferido prendas estampadas con vistosas orquídeas y motivos felinos, una combinación «tan dulce como salvaje», ha puntualizado la diseñadora que ha subido a la pasarela más vestidos que pantalones.
Enamorada de la cazadora «biker», María Escoté la ha vuelto a incluir tintada en tono mandarina y con un leopardo en la espalda en la colección primavera-verano 2013. Sus clientas la podrán adquirir esta misma tarde a través de su página web y disponer de ella en un plazo máximo de una semana.
Por su parte, Carlos Diez, ha sorprendido con una propuesta blanca e inmaculada. «Es una colección espiritual y romántica», ha dicho el diseñador, quien ha añadido que a pesar de tener una apariencia suave, posee «gran fuerza gracias a las piezas de cuero».
A lo largo del desfile se han visto siluetas muy despegadas y también patrones muy ceñidos, realzados con pequeños detalles ornamentales y cremalleras. Pantalones, «shorts» y blusas, ponchos de puntos y ligeras capas ha formado parte de la colección de Diez.
El diseñador cerró el desfile con un vestido blanco bruñido de volantes que bien podía ser un modelo nupcial.