El Comité Catalán de Representantes de Personas con Discapacidad (Cocarmi), máximo representante del movimiento asociativo de la discapacidad en Cataluña, denunció hoy la discriminación que sufren actualmente los mossos d»esquadra, bomberos y policías locales con discapacidad cuando, después de la declaración de incapacidad permanente, intentan acceder a la que se denomina «segunda actividad» dentro del cuerpo correspondiente.
Esta propuesta se llevó a cabo junto a las asociaciones que representan a Cocarmi en Cataluña, concretamente, la Asociación por la Integración Laboral- Mossos d»Esquadra con Discapacidad (AIL-MED), la Asociación por la Integración Laboral de los Bomberos de la Generalitat de Catalunya con Discapacidad (AILBOD) y la Asociación por la Integración Laboral-Policía Local con Discapacidad (AIL-POLD).
La segunda actividad es una situación administrativa especial que permite a los agentes que, por razón de su edad o discapacidad, ya no pueden desarrollar las funciones que realizaban hasta el momento, pasen a cumplir otras tareas dentro del cuerpo.
Según informa Cocarmi, el traslado a esta segunda actividad es a menudo limitado a determinados casos o directamente rechazado, lo cual obliga a la persona afectada a abandonar el cuerpo y perder la condición de funcionario público. Asimismo, denuncían los casos en los que los agentes son enviados a sus casa a la espera del traslado sin recibir ningún documento oficial que les informe de su situación, periodo en el no suelen percibir ningún salario, y los casos en en los que se produce un cambio de funciones que vienen acompañado de diferentes horarios, pérdida del uniforme, retirada de credencial y placa, entre otros.
El jueves, a a las 12 horas, el presidente de AILMED, Àngel Gómez-Quintero, comparecerá en la Comisión de Interior del Parlament de Catalunya, para informar sobre la situación de las personas con discapacidad del cuerpo de Mossos d»Esquadra con relación a los derechos humanos.
El presidente irá compañado por, Luis Cayo Pérez Bueno, presidente del Cermi, y por Antonio Guillén y Enric Botí, presidente y secretario general del Cocarmi, respectivamente.