El mexicano Eduardo Ruíz Sosa (Culiacán, Sinaloa, 1983), ganador de la I Beca de Creación Literaria de la Fundación Han Nefkens, habla en exclusiva para Teinteresa.es.
P. ¿Qué significa para Ud. estabeca de Creación Literaria?
R. Principalmente la posibilidad de dedicarme de tiempo completo a un proyecto que, de otra manera, tendría que haber puesto en espera o que tomaría mucho más tiempo en llevar a término. Por otro lado, es una oportunidad inmejorable no sólo para la escritura del libro, sino para seguir aprendiendo, para crecer como narrador, para leer más, para convivir con otros escritores gracias a la oportunidad de cursar el Máster de Creación Literaria. Es, además, una apuesta importantísima a la que se arrojan tanto la Fundación Han Nekfens como la editorial Alfabia y la propia Universidad Pompeu Fabra: la apuesta por dar oportunidades a escritores jóvenes, la apuesta por la cultura, por la expresión artística, por la esperanza en la literatura. Creo que esa voluntad de ayudar a escritores jóvenes y proporcionar un espacio adecuado para su desarrollo debe celebrarse e imitarse. Significa también muchísimo trabajo: escribir un libro en un año no será cosa fácil.
P. ¿Enqué consiste su proyecto?
R. Se trata de una novela escrita a la manera de un tratado de anatomía. La historia abarca a variospersonajes que encuentra, cada uno en sus respectivos caminos, los vestigios de la historia de los otros, y al intentar reconstruirla, construyen su propia historia. La trama central tiene que ver con un movimiento de rebelión ante un régimen que, aunque no es dictatorial, esconde tras la máscara de una democracia falsa un comportamiento totalitario. Ahí es donde germina la historia: un personaje que tiene que huir ante la persecución, y que años después, al volver, debe impostar la personalidad de alguien más con el fin desobrevivir.
P. Usted intenta establecer un diálogo entre la literatura y la ciencia, ¿sobre qué bases? ¿Qué diría a quienes creen que se trata de un diálogo imposible?
R. No es un diálogo que yo quiera establecer: es un diálogo que existe y que es ineludible. La ciencia es un tema recurrente en la narrativa, la lista de referentes es larguísima. Y, a su vez, la ciencia también es escritura, también es una forma de decir el mundo, de comunicar, de explicar fenómenos. No veo una división tajante entre ambos discursos. No, al menos, como voluntades humanas de comprender el mundo, de decir el mundo.
En este sentido, esta relación se expresa más en la estructura del libro, en la división de capítulos, a los que quiero enfrentarme desde la perspectiva de la escritura de un tratado de anatomía antiguo, pienso en Vesalius, por ejemplo. La relación, entonces, viene dada por la importancia que tiene, en el proyecto que escribiré, el libro de Robert Burton: The Anatomy of Melancholy, un libro publicado en 1621, y que define a la melancolía como una enfermedad, abordándola desde muy distintas aristas.
Dentro de la historia este libro se vuelve un elemento recurrente: la referencia entre melancolía y memoria es fecunda. Sin embargo, creo que es en las cuestiones políticas donde el libro abundará más. Creo que la escritura debe salir de los libros, debe salir a las calles, a los lectores, debe tener un peso más real, más efectivo sobre nuestro comportamiento.
Hablo del libro en términos generales: el libro como objeto, como caja de ideas, como carta que se escribe a los amigos, a los enemigos, a cualquiera. Hoy en día es posible ver, por ejemplo, que en México millones de libros han salido a las calles: están ahí, marchando y gritando en contra de la corrupción y a favor de un país más justo, en el cual nuestras voces se escuchen y se tomen en cuenta. Mi intención no es hacer un libro que establezcaun diálogo entre disciplinas o formas de ver el mundo. Mi intención es hacer un libro que sea una forma de ver el mundo, que pueda salir a la calle y que establezca, entonces sí, un diálogo entre los lectores, entre las personas que están ahí afuera, escribiendo ellos mismos el pasado de su porvenir.
Comentario
El premio fue creado por la Fundación Han Nefkens, en colaboración con el Máster en Creación Literaria del Instituto de Educación Continua de la Universidad Pompeu Fabra y la Editorial Alfabia. Esta beca, que está dirigida a escritores en lengua castellana nacidos después del 1 de septiembre de 1978, permite al ganador cursar el máster el próximo curso y escribir una novela o libro de relatos durante un año de residencia en Barcelona, que publicará y difundirá Alfabia, además de percibir un sueldo de 1.300 euros. El jurado, que estaba compuesto por Juan Villoro, Lourdes Iglesias e Ignacio Vidal Folch, se ha reunido en Barcelona y ha escogido el proyecto de Ruiz Sosa entre 18 finalistas, sobre un total de 202 proyectos presentados.