«La base del matrimonio es el adulterio, más aún, la base sobre la que se sostiene la realidad es el adulterio», dice Juan José Millás, un hombre felizmente casado con la literatura que retrata en los catorce relatos que componen «Infieles y adulterados» historias de amor, poligamia y mucho más.
Lo hace acompañado de catorce ilustradores españoles, entre ellos Pablo Auladell, Adolfo Serra, Paco Roca, Eva Vázquez o Enrique Flores, quienes interpretan estos microrrelatos de obsesiones, traiciones y oscuros pensamientos con dibujos, líneas y mucho color.
«Infieles y adulterados» (Nórdica Libros) se gestó hace unos meses en el museo ABC de Madrid, donde se reunieron los catorce dibujantes con Juan José Millás para ilustrar, en directo, las pequeñas historias que ahora llegan reunidas en forma de libro.
Las imágenes aportan «una visión gráfica» de los sugerentes relatos que escribe Millás, «no cuentan lo mismo que el autor, sino que consiguen crear un discurso propio», explica el editor, Diego Moreno, quien ve en este libro «un interesante juego de poligamia».
«El bígamo», «Una hija como tú», «Un hombre vicioso» o «Pasiones venéreas» son algunos de los cuentos por los que pasean los adúlteros protagonistas (casi todos hombres) de este libro a varias voces que revisa los dramas de hombres y mujeres afectados por la letanía del matrimonio, por su exceso de cotidianidad y por el silencio atronador que aleja, con el tiempo, a cónyuges y parejas.
Hombres que engañan a sus esposas con las esposas de otros hombres, hoteles apartados de la actividad humana, «carnívoros» sofás-cama, infieles de pensamiento, de palabra o de obra (o de todo a la vez), familiares que coinciden a la puerta de un prostíbulo o mujeres insatisfechas, la nómina de personajes es tan amplia como la perspectiva desde la que se puede observar y juzgar una infidelidad.
A pesar de este desglose de engaños, amantes, casados y cornudos Millás «sí» cree en la fidelidad. «¿La violo? Quizá, pero intento que sea solo en el caso de las fidelidades idiotas», dice a Efe.
La literatura de Millás, autor de «El desorden de tu nombre» (1986) o «El mundo» (2007) sabe pasarle el polvo a la superficie de las cosas hasta adentrarse en su naturaleza más elemental sin que la seriedad agote esa complicada búsqueda.
Tras estos cuentos de adulterio, excusas y desquiciante rutina planean metáforas como «la muerte» o el miedo a lo desconocido, advierte uno de los periodistas españoles con más proyección.
El adulterio más humano, más real, el adulterio que puede manifestarse en un breve pensamiento, en una acción exquisitamente planeada o en un descuido del subconsciente se representa en este libro con magistrales ilustraciones que dicen mucho con muy poco.
Emilio Urberuaga ha participado en esta recopilación de relatos que relacionan personajes y lugares comunes. «Los ilustradores somos lectores privilegiados», creadores de imágenes que se entienden igual en España o en Tokio, hasta donde llega su excelsa obra.
El creador de los dibujos de Manolito Gafotas, una de las obras más famosas de Elvira Lindo, ilustra la historia «El paraíso era un autobús», que cuenta en un espacio breve la magia de un enamoramiento efímero. «Todos nos hemos sentado en el autobús o en el tren y nos hemos enamorado durante cinco segundos de alguien», cuenta Urberuaga, «emocionado» con el resultado del libro.
La fidelidad, comparten él y Millás, rezuma una fragancia a moralina que, en ocasiones, «aturde». Urberuaga lamenta que, a veces, ilustrador y autor del libro no se conocen, «yo prefiero que exista una amistad, una química que se refleje en la obra».