En un tiempo en el que las aventuras de los viajeros ya no se vierten en la literatura sino en las «stories» de Instagram, Ediciones B recupera su colección «Grandes Viajeros, con dos clásicos del género, «Viaje a Italia», del romántico Johann W. Goethe, y «Viajes por Marruecos», del español Ali Bey.
Una reedición que ha realizado este sello por el 20 aniversario de la colección, que publicó por su primer titulo en 1997 con el «Libro de las maravillas» de Marco Polo, y que ahora reinicia con estos dos primeros libros, a los que se sumarán en septiembre «Los siete pilares de la sabiduría», de T.E. Lawrence, y «El peor viaje del mundo», de Apsley Cherry-Garrard.
Estos dos clásicos que vuelven a las librerías son dos historias que trasladan a aquellos tiempos, no tan lejanos, en los que la palabra viajar era sinónimo de aventura, tiempo, y contemplación. No pasaba como ahora que las huellas del viaje se ven al instante en los selfis de las redes sociales.
Viajar también era emprender largas distancias, una barrera que ahora puede parecer ridículamente salvable. Sin ir más lejos, el aventurero Ali Bey (Barcelona, 1767 – Damasco, 1882), protagonista de uno de estos dos relatos, tardó cuatro horas en atravesar las aguas que separan Tarifa (Cádiz) de Tánger (Marruecos).
Este trecho que en estos tiempos, por ejemplo, el nadador David Meca ha salvado en 2 horas y 29 minutos. Y hoy los ferries que salen desde Tarifa recorren en viajes que oscilan entre 1 y 2 horas.
Y a pesar de ello, Bey (seudónimo de Domingo Badía Leblich), escribía en su diario que el trayecto le había parecido un parpadeo: «Al pasar en tan breve espacio de tiempo a un mundo absolutamente nuevo y sin la más remota semejanza con el que acaba de dejar, uno se halla realmente como transportado a otro planeta».
De ese «otro planeta» recorrió localidades del Magreb y Oriente Medio entre 1803 y 1807 en misiones diplomáticas para el Gobierno de Godoy, ya que fue un aventurero «oficial» que se convirtió en el primer occidental en visitar y describir La Meca.
En «Viajes a Marruecos», Bey hace un exhaustivo repaso por esa cultura y lugares con descripciones de ciudades, como la propia Tánger, Fez o Rabat, y deteniéndose en otras curiosidades como el clima, los baños públicos, los casamientos, o los pesos, medidas y monedas utilizados en la región.
El pensador y literato Goethe (Fráncfort, 1749 – Weimar, 1832), por su parte, se quedó prendado de la cultura y el arte de Italia, país que visitó por primera vez en 1786 y de cuyas impresiones escribe de forma epistolar en «Viaje a Italia». Un libro hoy canónico.
Su recorrido por Alemania hasta llegar al país andino; los trayectos entre Brennero y Verona, hasta hospedarse en Venecia o Roma, se recogen en esta obra que se considera una de las grandes autobiografías del autor de «Las penas del joven Werther» o «Fausto».