A falta de pocos días para que llegue la presunta fecha del apocalipsis maya (21 de diciembre de 2012), Lu Zhenghai, un ciudadano chino, trabaja contra el reloj en la construcción de un arca con la que salvarse del cataclismo.
El arca es una imitación bastante modesta de las que salvan a la Humanidad en la película 2012, ya que cuenta con 21 metros de eslora, 15,5 de manga y 5,6 de altura y le ha costado a Lu Zhenghai un millón de yuanes (120.000 euros).
El Arca de Lu está ahora en la región noroccidental china de Xinjiang, cerca de Asia Central, precisamente uno de los lugares del planeta más alejados del mar.
Graduado en ciencias y residente en un humilde apartamento de la zona, Lu tiene problemas de falta de tiempo y presupuesto: tras haber invertido dos años en su construcción, reconoce que le hace falta al menos otro millón de yuanes para terminarla.
Lu Zhenghai no es el primer chino que aparece en los medios de su país por creer a pies juntillas las supuestas profecías mayas. Hace poco un empresario del este del país llamado Yang Zongfu presentó otro sistema para «sobrevivir al apocalipsis».
El método de Zongfu consiste en unas esferas de cuatro metros de diámetro y seis toneladas de peso capaces de acoger personas en su interior y resistir grandes golpes, caídas y cataclismos. Yang ha recibido varios pedidos de su particular arca.