La reina Sofía celebra este domingo sus 76 cumpleaños y tras 39 años de reinado junto a don Juan Carlos soplará las velas sin trono y sin corona. Aun así, una reina lo es para toda la vida tal y como ella misma recuerda asegurando que seguirá velando por los españoles y asistiendo a los reyes actuales en actos oficiales puntuales y “concretos por encargo del Rey”.
La última cita de doña Sofía ha sido este viernes en el Auditorio Nacional de la Música de Madrid donde pudo disfrutar de un melodioso concierto para celebrar el medio siglo de la Confederación Española de Organizaciones a favor con Discapacidad Intelectual.
La ahora reina emérita de España nacía un 2 de noviembre de 1938 en Atenas. Hija de reyes, pertenece a una de las casas reales más antiguas de Europa. Su infancia estuvo rodeada de viajes por culpa de la segunda Guerra Mundial. Los Reyes de Grecia Pablo I y Federica tuvieron que abandonar su país durante cinco años alojándose en Egipto y África del Sur.
Con poco más de 8 años, Sofía volvía a su patria abandonándola poco después para terminar su formación en un internado alemán.
Desde muy joven, la que por entonces era una princesa de Grecia, se despertó en ella la solidaridad y la dedicación por los demás. Con 18 años, Sofía trabajaba en un orfanato como enfermera apuntando maneras hacia lo que se convertiría para España años después.
Y también tuvo tiempo para dedicarse al deporte en su tiempo libre e incluso llegó a participar en los Juegos Olímpicos de 1960 en el equipo de vela de su país.
Dedicación a su familia
El 14 de mayo de 1962 dio el “sí quiero” en Atenas al que por entones era el príncipe Juan Carlos de Borbón y se trasladó a España junto a su marido a iniciar una nueva vida.
En los años siguientes nacieron sus tres hijos: las infantas Elena y Cristina y el actual rey de España Felipe.
La dedicación a la familia ha sido siempre una de sus grandes pasiones, junto a la determinación por «ser útil a España», que ha hecho patente no sólo en innumerables actividades oficiales en representación de la Corona, sino también con proyectos impulsados personalmente a través de la fundación que lleva su nombre, constituida en 1977 gracias a un pequeño capital aportado por ella.
Durante los últimos 20 años, al frente de la Fundación Reina Sofía, ha promovido proyectos educativos, sanitarios y humanitarios para ayudar a niños, mayores, inmigrantes y discapacitados en Iberoamérica, África y Oriente Próximo, pero también en España, donde, en los últimos años, ha ofrecido un creciente apoyo a los más desfavorecidos por la crisis económica.
En los numerosos viajes de cooperación con los que ha recorrido 34 países en 17 años, la Reina ha ofrecido consuelo y esperanza a todo tipo de víctimas de catástrofes, maltratos, enfermedades y situaciones de extrema necesidad, tanto con su apoyo directo a iniciativas concretas de ayuda como con palabras y gestos personales de solidaridad.
«Soy española cien por cien», proclama orgullosa cuando le preguntan sobre un país al que ha dedicado más de dos tercios de su vida, con un desempeño institucional elogiado por todos -«es una profesional», según la definió el Rey- y en el que ha demostrado su prudente inteligencia en momentos clave, como el 23-F, y su cercanía a los que más sufren, víctimas de atentados, accidentes o desastres naturales.