Fue tan seguido como el fichaje de Modric por el Real Madrid pero por un público muy dispar. Con Hollywood como testigo y con millones de fans en todo el mundo consternados por la noticia. No había consuelo. Kristen Stewart le había sido infiel al chico más sexy del mundo, al más tierno, al que millones de adolescentes llevan en su carpeta. Stewart sucumbió al encanto de una persona más mayor, casada, director de cine, guapo, con experiencia. Y cayó. Y un fotógrafo captó las imágenes de los tonteos de ambos. Kristen tuvo que salir a la palestra a decir lo obvio. Que había engañado a su pareja en el cine, en la saga Crepúsculo, y en la vida real.
Los fans contuvieron el aliento y Hollywood, hipócrita como pocos, se llevó las manos a la cabeza (aunque la última película de Crepúsculo ya se ha rodado). Estrellas a favor y en contra de Kristen y Robert Pattinson han empezado a hablar aprovechando la publicidad. De hecho, Stewart ha visto cómo ha perdido algunos contratos por culpa del affaire. Tras el primer golpe a la audiencia vino el sufrimiento mutuo. Stewart lo pasa mal, quiere volver con su chico, pero este cornudo a la luz del mundo aún no quiere. Dice que está solo, destruido y vende su casa. Stewart, según sus amigos, no come y está deprimida. Los chicos quedan , hablan y el culebrón sigue. Al final, los padres de Stewart también se separan y ella empieza a ser también víctima. ¿Seguirá el culebrón? Miles de fans esperan el beso reconciliador. Llegará en la alfombra roja del último filme de Crepúsculo.