El fútbol femenino en España está ante su momento definitorio. La selección se ha clasificado por primera vez para la Copa del Mundo, que se disputará en verano en Canadá, y Vero Boquete ha sido nominada entre las diez finalistas a ganar el Balón de Oro. “Sentimos que es un momento muy importante para nuestro deporte”, explica Boquete.
En España hay actualmente más de 27.000 licencias en el fútbol femenino desde amateur hasta benjamines. De ellas, sólo 25 son fichas profesionales. El contraste en la primera división, la Superliga Femenina, es total.
“Hay chicas que juegan en el Barcelona y les da para vivir que el fin de semana juegan contra otras que no les pagan nada”, resume Vero Boquete en una entrevista en este diario. La Superliga está compuesta por 16 equipos. Del total aproximado de 320 futbolistas, sólo 25 tienen una ficha profesional.
Esto hace que la mayoría de las jugadoras españolas con proyección internacional prueben suerte fuera de nuestras fronteras. La propia Vero Boquete, que ahora juega en Alemania, ha pasado por Suecia, Rusia y Estados Unidos.
En este contexto de desventaja y amateurismo, la selección española completó la gesta al conseguir el billete para el Mundial de 2015. Reportajes como el que le dedicó Informe Robinson en el estreno de la nueva temporada pone el foco sobre el fútbol femenino, un marginado en un país en el que el fútbol es casi religión.