Se considera una mujer normal, aunque para muchos no lo es porque tiene… ¡18 hijos! Rosa Pich-Aguilera Roca se casó con su marido José María Postigo cuando tenía 23 años y él 28. Ella, que trabaja en una empresa de marketing a tiempo parcial, es de Barcelona, y él, consultor de una empresa cárnica, es de Cantimpalos, un pueblo de Segovia, aunque se conocieron en un congreso en Valencia.
“Nos casamos jóvenes, ilusionados, un poco locos la verdad, pero con ansias de vivir y de luchar para salir adelante”, indica Rosa, la novena de una familia de 16 hermanos. Chema, como todo el mundo conoce a su marido, es el séptimo de 14, quizá por eso tenían tan claro desde un principio que ellos querían formar una familia numerosa.
Su primera hija vivió hasta los 22 años. Le pronosticaron sólo 3 de vida
Al año de darse el sí quiero vieron llegar a su primera hija, Carmineta. “A las pocas horas de nacer tuvieron que llevársela de nuestro lado porque había nacido con una cardiopatía muy severa y debían trasladarla a un hospital con más medios técnicos. Esos primeros días los médicos nos avisaron de que no viviría más de tres años, pero gracias a Dios, con operaciones y marcapasos vivió hasta los 22”, cuenta Rosa.
Carmineta llevaba una vida normal, se había graduado y tenía un master, esquiaba con el resto de la familia una vez al año, era trabajadora y muy luchadora. El viernes 1 de junio del 2012 tenían que cambiarle el marcapasos en lo que iba a ser una operación rutinaria, sin riesgo aparente. Incluso Rosa, después de darle un beso y despedirla al entrar al quirófano, se fue a trabajar porque tenía una reunión importante hasta que, a media mañana, le llamó su marido para que fuera corriendo al hospital porque todas las venas de su hija habían empezado a explotar. A los tres días falleció.
Javi , su segundo hijo, murió cuando tenía año y medio, y Montse, a los diez días
Javi, su segundo hijo, murió cuando tenía año y medio, y la tercera, Montsita, a los 10 diez días de nacer. “Enterramos a dos niños en cuatro meses”, cuenta Rosa que recuerda cómo las personas de su entorno les recomendaban no tener más hijos.
“Nuestra ilusión era tener una familia numerosa y pensamos que tener un hijo más era una decisión de papá y mamá, no se puede meter nadie en la cama de un matrimonio, ni el ministro de turno, ni tu madre, ni tu suegra, ni la vecina, ni tu amiga. Es una decisión de papá y mamá, y nos liamos la manta a la cabeza y a día de hoy viven quince hijos. Es verdad que tres tienen algún problema de corazón aún, que estamos pendientes de operaciones, pero viven y están todos escolarizados, así que muy contentos”, señala Rosa.
Los médicos les aconsejaron no tener más, pero ellos querían familia numerosa: tienen 15
Rosa y Chema han visto cumplida su ilusión de tener una familia numerosa. “Es verdad que los médicos decían que si de tres habían nacido mal los tres, para los próximos había muchas probabilidades”. Sin embargo, ellos no desistieron, decidieron volver a intentarlo, y ahora disfrutan de quince hijos, el mayor de 20 años, y el más pequeño de 4.
Uno de los secretos de Rosa y de su familia para afrontar los duros golpes que les ha deparado la vida es su fe. “Tengo una fe vivida, gracias a Dios, porque si no, no hubiésemos podido soportar la muerte de estos dos hijos en cuatro meses. La gente me decía, ‘Rosa, ¿pero no te tirarías por la ventana?’. Pues sí, si no hubiéramos tenido esta fe me hubiera suicidado, pero gracias a Dios que la tengo”.
»¿Cómo ser feliz con 1,2,3… hijos?» solo pretende ayudar a otros padres
Rosa nunca había pensado escribir un libro. “No era la más lista de la clase ni muchísimo menos. De hecho leía sólo los libros que había que leer por obligación, lo que pasa es que me casé con un hombre que es bastante intelectual, le gusta mucho la lectura, le gusta profundizar y pensé, si quiero estar al lado de mi marido tengo que leer libros”, admite al mismo tiempo que reconoce que no lee “libros filosóficos o científicos”, pero sí que le gustan los de “amor y lujo, costumbristas”, y ahora “ya me puedo leer un libro al mes”.
‘¿Cómo ser feliz con 1, 2, 3… hijos?’ nació tras una reflexión de regreso de un seminario en Dubrovnik, Croacia, en el que Rosa había estado ayudando a otras personas a cómo ser mejores padres. “La gente me decía, ‘Rosa no puedes viajar tanto’, porque habíamos estado también en Brasil ayudando otros padres sobre cómo ser mejores padres, ‘no puedes viajar por todo el mundo, tienes tu familia, tus hijos te necesitan’, y es verdad, lo primero son mis hijos y mi marido, y me dije, si escribo un libro podemos ayudar a mucha a gente que con un hijo se desespera, que no saben cómo hacer, porque hoy en día los padres hacen carrera universitaria y un master, saben mucho de su trabajo pero de lo de ser padre y madre… pues no, y esto se aprende siendo padre y madre. Pero si tienes un libro de una persona que ha pasado por la experiencia de 18 hijos, te ayuda mucho más”.
Así comenzó a gestarse lo que Chema considera como su hijo número 19 por la alegría y el entusiasmo que desprende Rosa. ‘¿Cómo ser feliz con 1, 2, 3… hijos?’ es un libro “escrito con el corazón”, con el que se ríe, pero también se llora, y que ante todo desborda energía, optimismo y vitalidad.
“Es una experiencia muy vivida en mi familia, en el que a veces mis hijos salen mal parados, porque son trastos, desobedientes, y se pegan”, pero sobre todo, “es un manual de cómo ser feliz basado en el día a día, probado, ya que yo creo que lo he aprendido de mis abuelos, en casa de mis padres… La gente busca la felicidad y no la encuentra. Yo creo que tenemos que aprender que la felicidad está en ese desayuno con tus hijos, en el que se cae el agua, o la leche, y discuten por la última loncha de jamón que luego tienen que repartir entre quince… «.
‘¿Cómo ser feliz con 1, 2, 3… hijos?» es una bomba de oxígeno y de vitalidad, escrito para cualquier tipo de familia con la experiencia de una que está compuesta por 18 hijos.