Conseguir que los niños se laven los dientes cada día es, para muchos padres, una lucha constante. Por lo general, a la higiene bucodental de los más pequeños no se le presta la atención necesaria. Por este motivo, y para convertir lo que debería ser una obligación en un juego, el laboratorio de prevención e higiene bucodental PHB ha lanzado la web ‘El rincón de las pequeñas sonrisas’ con el propósito de acompañar a los padres en el cuidado de la salud bucal de sus hijos desde el primer momento.
‘El rincón de las pequeñas sonrisas’ está divido en cuatro secciones: ‘Momentos para Sonreír’, ‘Sonrisas Sanas’, ‘Aprender Sonriendo’ y ‘Preguntas Frecuentes’. La primera contiene los testimonios de madres blogueras que narran sus experiencias diarias en torno a la salud bucal de sus hijos. En el apartado de ‘Sonrisas Sanas’ se incluye todo lo que se necesita saber sobre los dientes de leche. La tercera sección cuenta con vídeos, canciones, descargables y coloreables para que los más pequeños aprendan más sobre el hábito de cepillarse en compañía de Pocoyó y Barrio Sésamo. Las preguntas frecuentes son un lugar de consulta rápida para resolver las dudas más habituales en torno a la higiene bucodental de los niños.
El objetivo de este portal es convertir la rutina del cepillado de dientes en un momento de diversión. “Ya desde que aparecen los dientes, alrededor de los seis meses, recomendamos a los padres que laven los dientes de sus hijos con una gasa o un cepillo suave”, indica Xavier Calvo, Medical Advisor de Laboratorios PHB.
Hasta los dos años no hace falta que los niños usen pasta de dientes si no tienen ningún problema. A partir de esa edad es recomendable que sean ellos los que cojan el cepillo para que se vayan familiarizando con él.
“Para muchos padres el momento del cepillado de dientes de sus hijos es una lucha diaria. Es importante que ellos vean cómo los mayores se los lavan porque suelen tender a imitar lo que hacen sus padres. Además, hay que convertirlo en una actividad conjunta, de toda la familia, y luego ayuda usar pastas dentífricas con aromas y sabores que les gusten o utilizar cepillos con diseños atractivos”, aconseja Calvo.
“Al principio la prioridad no está tanto en buscar la calidad del cepillado, como en que los niños cojan el hábito de cepillarse los dientes y lo hagan cada día”, apunta. De hecho, cuando aún son pequeños, los padres deben siempre repasar el cepillado de sus hijos para que la boca del niño quede limpia.
Hasta los seis años, pastas con poco flúor
‘El rincón de las pequeñas sonrisas’ se centra, además, en las dos gamas de productos de PHB adaptadas a las diferentes necesidades de los más pequeños. Para los niños a partir de dos años, PHB Petit, acompañados de la familia Pocoyó; y para los mayores de seis años, PHB Junior, que cuenta con el tándem de Barrio Sésamo.
“Los dientes de leche comienzan a salir en torno a los seis meses, aunque luego hay variaciones enormes dependiendo de cada niño. Por lo general, a los 2 años ya tienen todos los dientes de leche y, a partir de los 6, 7, empiezan a salir los permanentes en un proceso que suele durar hasta los 12, cuando aparecen las muelas, completándose todo el proceso”, explica Xavier Calvo.
Por este motivo, los expertos de PHB han realizado esta división, porque cuando los dientes son de leche la cantidad de flúor tiene que ser menor que a partir de los 6 años. “Aconsejamos que en las primeras edades se ponga poca pasta, la medida de un guisante, porque se la pueden tragar y puede dar lugar a una intoxicación. Además, es recomendable que las pastas dentífricas estén fuera del alcance de los más pequeños”, apunta.
A partir de los 6 años, en cambio, los niños ya pueden lavarse los dientes como los adultos, e incluso desde PHB recomiendan que usen enjuagues bucales porque complementan el cepillado ya que “ayudan a controlar las bacterias y previenen de las enfermedades de encías”, subraya Calvo.
De hecho, cuando los niños ya tienen los dientes permanentes también pueden comenzar a usar hilo dental. Con el aplicador Flosser su empleo es muy sencillo y pueden hacerlo los propios padres.
El mayor enemigo, la caries
A partir del año y medio, dos años, es aconsejable que los niños se sometan a revisiones dentales cada seis meses. “Es muy común darles alimentos con azúcar por lo que tienen mucho riesgo de tener caries, lo cual puede llegar a ser muy doloroso para ellos, y además puede hacer que el diente se caiga antes de tiempo e incluso afectar al futuro diente permanente”, señala Calvo.
Los cepillos tienen que tener un cabezal pequeño debido al tamaño de sus bocas, cerdas suaves, y un mango hergonómico para que tenga un buen agarre y lo puedan controlar. En lo que se refiere a los dentífricos, hay que tener en cuenta la concentración de flúor, y usar pastas de distintos sabores y aromas para que el cepillado les resulte más atractivo, y, por supuesto, acostumbrarles desde pequeños a lavarse los dientes tres veces al día, después de cada comida.