Manuel Carreiras, director científico del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián, ha afirmado en una sesión en IberCaja en Zaragoza que “se puede aprender una nueva lengua incluso hasta los 90 años, lo único que cambia es la forma que tiene nuestro cerebro de gestionar ese nuevo aprendizaje y eso no es ningún impedimento”.
Preguntado sobre si hay personas que tienen mayor facilidad para aprender idiomas, Carreiras afirma que “las personas que tienen varios idiomas tienen una parte del cerebro algo distinta a los que sólo hablan uno, pero no sabemos si es así porque el aprendizaje configura el cerebro de esta forma o si ya lo tenían de nacimiento”. Sobre la creencia popular de que el aprendizaje es más fácil a partir de un tercer o cuarto idioma, afirma que “no se ha experimentado todavía porque lo estamos investigando con el método científico, único prisma desde el que se puede abordar este tema”.
Doctor en psicología por la Universidad de la Laguna, Carreiras ha impartido en Zaragoza la sesión “Aprender idiomas cambia nuestro cerebro”, donde afirmó que las personas bilingües “muestran cierta ventaja en tareas atencionales y de control cognitivo, lo que tiene que ver con su capacidad de cambiar de idioma, es decir, que sea capaz de hablar con un grupo en castellano y simultáneamente en euskera con otro. “Esa capacidad de cambiar de código se traduce en que luego muestre ventajas en tareas que implique el control atencional y ejecutivo”. Como desventaja, las personas bilingües “tienen cierta desventaja en el acceso a las palabras”. Pero hay que tener en cuenta que se habla de “ventajas y desventajas en milisegundos”.
“Leer mucho y aprender un nuevo idioma aumenta la materia gris de nuestro cerebro, lo que no significa que la persona sea más inteligente o más capaz sino que tiene más ventaja para el aprendizaje en general”, afirmó el experto. Por ello, “un buen lector tiene más facilidad para aprender un nuevo idioma”.
Respecto al aprendizaje de idiomas en los niños, para Carreiras “no hay no una edad de oro para incorporar una nueva lengua, lo importante es que estén en un entorno de estimulación adecuado, que puede darse tanto de los 0 a los 3 años como posteriormente”.
Según una última investigación del BCBL, el cerebro de un niño está capacitado para aprender varios idiomas pero “los bebés a partir de los 8 meses dejan de percibir (discriminan) los fonemas que no son necesarios para su idioma, por ello, un bebé chino desaprende la ‘r’ porque ya no la usará por lo que a partir de ese momento le será imposible diferenciar ‘rata’ de ‘lata’”