Así mismo, hay serias dudas sobre el correcto funcionamiento de la justicia, como en el conocido caso del magnate Mijaíl Jodorkovski, que ha pagado caro su apoyo a la oposición y su intención de presentarse a las elecciones presidenciales de 2012.
El millonario fue detenido en 2003 y condenado a ochos años de prisión. Debía salir de prisión antes de que se celebrasen las elecciones presidenciales del próximo marzo, pero parece que sus pretensiones políticas no gustaron al gobierno. La justicia rusa volvió a someterle a un segundo proceso judicial por el cual fue sentenciado a 14 años de prisión.
Mientras el gobierno acusa a Jodorkovski de enriquecerse de manera ilícita, este sostiene que su condena ha sido por causas políticas. Así lo han denunciado también en varias ocasiones, representantes de países occidentales, como la canciller alemana, Angela Merkel, o la secretaria de estado estadounidense, Hillary Clinton, quienes han puesto en tela de juicio el proceso de la justicia rusa contra el magnate.
También Amnistía Internacional ha reconocido que Jodorkovski es un preso de conciencia y el tribunal de Estrasburgo ha dictaminado que ha habido violación de la Convención Europea de Derechos Humanos por las circunstancias en las que el empresario fue detenido y por ser retenido en prisión.