Anders Behring Breivik, autor confeso de los atentados de julio de 2011 en Noruega, usaba maquillaje y se operó la nariz para tener un aspecto «más ario», según testificó este martes un amigo de infancia del terrorista durante el juicio que se celebra en Oslo.
«Creo que dijo algo de que quería tener una nariz más aria«, relató según la edición digital del diario »VG» el testigo que, al igual que los otros tres que comparecieron este martes, pidió que su identidad permaneciera bajo anonimato y quiso declarar sin que Breivik estuviera presente en la sala.
El amigo de infancia del ultraderechista, que definió al acusado como alguien muy preocupado por su aspecto, señaló que siempre fue tachado de vanidoso, algo que Breivik se tomaba con ironía.
Ni éste ni otro amigo del acusado que testificó a continuación recordaban que Breivik tuviera que operarse la nariz tras sufrir una supuesta agresión de un inmigrante, tal y como dijo Breivick en su día, ni tampoco que fuera víctima de otros ataques por parte de residentes extranjeros en Noruega, según alegó el acusado.
Asimismo, durante la sesión de hoy se ha sabido que Breivik quería parecerse al futbolista David Beckham, algo que el acusado ha negado. Sus amigos, sin embargo, dijeron que él había asegurado que «ser metrosexual era su nuevo objetivo». El aseisno de Noruega ha defendido usar maquillaje o corrector en caso de imperfecciones en la cara.
»Afeminado»
También el segundo testigo, que lo conoció en el instituto y luego trabajó y vivió con él entre 2001 y 2003, apeló a razones de «vanidad» para explicar la operación estética. A Breivik lo definió como «emprendedor, meticuloso, centrado y un poco egocéntrico».
En la época en que compartieron piso, Breivik empezó a dedicar muchas horas a jugar por Internet, dijo ese testigo, que indicó que no se mostró «obsesionado» con la cuestión de los inmigrantes hasta el año 2006, cuando les informó de que estaba escribiendo un manifiesto.
Recordó también cómo entre 2008 y 2010 el ultraderechista se aisló de sus amigos y rehuyó el contacto con ellos; incluso cuando fueron a buscarlo a casa de su madre, donde vivía entonces, el día que cumplió 30 años. «Creía que Anders había entrado en una depresión profunda […] o que era homosexual y no quería mostrarse», declaró el testigo, señalando que siempre había sido algo «afeminado».
Fue en 2010 cuando Breivik volvió a retomar el contacto con sus amigos y empezó a ser «sociable» de nuevo, aunque redujo los contactos. Un año después, el ultraderechista mataría a 77 personas, la mayoría de ellas en la isla de Utoya, donde había un campamento de las Juventudes Laboristas.