Paco habla desde la habitación de Nora, que sigue igual que aquel 25 de septiembre de 2011, con sus fotos de amigas, los pósters, la misma colcha… El único cambio es que se ha ganado algo de espacio para situar la cama de matrimonio en el dormitorio. Paco y Teresa duermen desde hace un tiempo en el cuarto de su niña. “Nos reconforta estar rodeado de sus cositas. Ver su rostro en las fotos”, asegura su padre, que vive días de “mucho nerviosismo” ante la inminente sentencia, que se conocerá el 23 de enero, del juicio contra los 11 acusados de explotar, drogar y abusar de cinco menores de Palma de Mallorca, entre ellas su niña, que falleció de una sobredosis. Fue Paco quien encontró a su hija Nora por la noche, yaciendo en el rellano de la escalera. Alguien la había dejado a unos metros de su casa con una dosis letal de cocaína y heroína, una de aquellas personas que había sometido a Nora a un calvario de drogas, prostitución y abusos durante seis meses.
“Nos quedamos en shock. La autopsia dijo entonces que su muerte se había producido por consumo de sustancias. Pero ni su madre ni yo nos lo creímos. Nos fiábamos mucho de nuestra hija, que nunca había dado problemas”, explica. A Paco le llamó la atención que entre la ropa de la adolescente se encontraran 50 euros. “Recuerdo perfectamente que le di tres euros esa tarde cuando salió”. ¿De dónde había salido ese dinero? Entonces, su familia empezó a examinar sus objetos personales y empezaron a ver mensajes y llamadas comprometedoras que les hicieron sospechar que «algo malo» le había estado pasando a su hija.
Unas sobrinas ayudaron a descubrir los mensajes y llamadas de la red
“Estábamos muy mal con su pérdida, pero vinieron unas sobrinas a casa y empezamos a ver conversaciones por móvil y en el ordenador que nos llevaron al parque de la zona”. El parque Otta, cerca de la avenida Sant Ferran donde se crió Nora, la acusada Eva María se encargaba de reclutar a menores de entre 15 y 16 años. Se ganaba su confianza con el pretexto de ayudar a cuidar a unos niños. Luego les incitaba a consumir cocaína y en este contexto empezó la dramática espiral de prostitución y adicción de drogas.
«Nora vivió seis meses de horror»
“Mi hija estuvo viviendo seis meses ese horror. Era demasiado inocente, no creía en la maldad. Ayudaba siempre a sus amigas y no decía lo que pensaba para no hacer daño”. Cuando los padres de Nora recopilaron las “pruebas”, lo comunicaron a la Policía. “Les dimos a los investigadores los mensajes. Fuimos nosotros los que llevamos a la Policía hacia lo oscuro».
En mayo de 2012 la Policía desarticuló la red que supuestamente prostituyó a cinco menores. “La desgracia de mi hija logró, al menos, sacar del infierno a otras niñas”, afirma Paco, que se lamenta al mismo tiempo por no haber notado nada raro en los meses en los que Nora fue víctima de la red. “Ojalá hubiera sido consciente de lo que pasaba… No notamos nada”, relata emocionado.
Los padres de Nora, representados por el abogado José Miguel García, confían en la justicia y creen que se les impondrá la máxima pena a los 11 acusados, que se enfrentan a 148 años de prisión. Los cabecillas, Eva y Edi podrían ser condenados a 29 y 25 años de prisión por tráfico de drogas y prostitución de menores.
Los padres quieran acusar al culpable de homicidio
Pero para Paco la batalla judicial no acaba aquí. Una vez que se dicte la sentencia, quiere iniciar otro procedimiento contra la persona que dejó abandonado el cuerpo de su hija a unos metros de su casa. “Quiero que se sienta en el banquillo por homicidio y omisión del deber de socorro. No vamos a parar hasta conseguirlo”, advierte. También quiere que el caso de su hija sirva para enseñar una realidad que se esconde. “Aquí no solo hay turismo y visitantes extranjeros. También ocurren desgracias que se tapan”.
Paco dice que la sentencia no les quitará la “rabia”, pero sí les dará “algo de satisfacción” porque “estos criminales pasarán una buena temporada en la cárcel”. También, sentirán “tranquilidad” porque se hace justicia y “los culpables lo pagarán de verdad”.
La familia de Nora se propone también ayudar a colectivos de víctimas potenciales de la trata. Paco prepara un blog y quiere informar sobre la vulnerabilidad de los menores ante las organizaciones de explotación. “Se lo merece todo Nora y por esto voy a luchar”.
Paco y Teresa buscan el rostro de su niña en las fotos y en el recuerdo que miman a diario. “La tengo las 24 horas en la cabeza. Por las mañanas me tomo el café en su cuarto. Así afronto el día”.