El coste de la deuda sanitaria depende mucho de la comunidad donde se resida. Tanto es así, que el bolsillo puede ahorrarse más de 400 euros si tributa en una región donde los pagos con los proveedores se llevan al día. Cantabria y Navarra representan la cara y la cruz del endeudamiento: a cada cántabro le cuesta el grueso de la factura sanitaria (medicamentos, tecnología material quirúrgico) 499 euros, mientras que en la comunidad foral el coste por cabeza es de 39 euros.
El informe de Instituto para el Desarrollo e Integración de la Salud recoge las diferencias de la deuda sanitaria, de 15.500 millones de euros, entre las comunidades autonómas. El impacto de ese agujero es muy distinto tanto para el ciudadano, como para el proveedor.
Cantabria es donde más se paga por la deuda con la industria farmacéutica y las empresas tecnológicas; le siguen la Comunidad Valencia (443 euros), Castilla y León (428 euros), Castilla la Mancha (385), y Murcia (362).
El nivel de endeudamiento por habitante está muy relacionado con la morosidad, ya que hay que tener en cuenta que conforme más tiempo pasa, más intereses tiene que pagar la región. Salvo Ceuta y Melilla, que cumplen el plazo legal de 50 días para abonar la factura, ningún otro lugar de España tiene en orden los pagos. Aunque País Pasco y Navarra se acerca a ese límite legal.
La Comunidad Valenciana es la que más tarda en abonar las facturas: 884 días en medicamentos, 473 en tecnología sanitaria, y 160 días para abonar el coste de los conciertos con clínicas privadas. En Cantabria el plazo para abonar la factura farmacéutica es de 804 días; en Andalucía, los proveedores esperan 746, y en Castilla la Mancha, 742.
En cambio, País Vasco, con una deuda farmacéutica y de tecnología sanitaria de 40 euros por habitante, tarda 70 días en pagar a los laboratorios, y Navarra, 73. En Cataluña, una región afectada por los recortes, la factura en medicamentos vale 33 euros y el plazo para pagar se sitúa en 257 días, por debajo de la media ( 525 días).
El estudio reserva un apartado a la deuda contraída con los establecimientos de farmacia, que se eleva a 1.930 euros. La Comunidad Valencia, donde las farmacias han convocado paros, es la que encabeza el ranking, ya que debe 360 millones de euros a los farmacéuticos, que tienen que dispensar las medicinas poniendo dinero de su bolsillo.
«El sistema no aguantará»
Con una deuda de 15.700 millones de euros –333 euros por habitante, y una morosidad de 525 días, la pregunta que cabe plantearse sobre la sanidad española es cuánto tiempo le queda para hundirse. David Calvet, director de Farmafactoring y experto en números en el sector sanitario, advierte de que la situación actual es tan crítica, que si no se acuerda una solución a corto plazo, «el sistema no aguantará».
¿La solución puede ser el plan de Montoro, que consiste en pagar a los proveedores con un consorcio bancario y el ICO? Calve considera la iniciativa un paso positivo, pero echa en falta concreción y pide que se ponga en marcha «cuanto antes». No obstante, discrepa en algunos puntos, a espera de que mañana se presente el plan en el Consejo de Ministros: «Se exige a la empresa que tenga que pagar la morosidad, es decir, que se exime a la administración de los intereses. Esto repercute en las empresas. También se está hablando de una quita a la griega«.
Habrá que leer la letra pequeña del plan y si es factible. Pero ante todo, Calvet urge a una solución a la deuda sanitaria, porque alargar esta situación sería poner en riesgo la sanidad. A la pregunta de qué puede pasar si el sistema se desmorona, el experto explica que un primer efecto podría ser el desabastecimiento de medicamentos en comunidades donde la morosidad supera los 800 días. Son los casos de la Comunidad Valencia, Cantabria, Baleares o Castilla y León. Hay que tener en cuenta que muchas medianas empresas están en una situación de colpaso financiero: a los impagos de la administración se suma el cierre del crédito.
El mayor volumen de deuda sanitaria corresponde al sector farmacéutico; se eleva a los 6.500 millones de euros. Para Calvet, los impagos han golpeado a la industria farmacéutica española y esto se ha traducido en cierres y despidos, aunque no dispone de datos concreto. Reconoce que medianas empresas se han plantado desabastecer a comunidades morosas. «El simple planteamiento ya indica la gravedad de la situación, la desesperación». Sin embargo, los laboratorios no pueden negarse a distribuir los productos y si no pueden hacerlo, la única puerta es el cierre.