En Sintel he estado toda mi vida. Desde que entré con 15 años hasta los 56 que tengo ahora. Trabajé en la empresa de 1972 a 2001, que fue cuando quebró. Desde 2001 hasta el presente he estado en el proyecto empresarial de Sintrael. Ahora trabajo en otro proyecto profesional donde me dedico a la administración de colegios.
¿Qué nos ha mantenido unidos durante estos 12 años de lucha? Ha sido vital la asociación de los trabajadores. Hemos tenido una cohesión clara y cuando hemos pedido ayuda nos han aconsejado y guiado. Cada año hemos tenido una asamblea general de todos los trabajadores. Estamos hablando de cerca de 2.000 personas. Y la asistencia se ha mantenido año tras año. Hemos mantenido un nivel de convocatoria desde todos los puntos de España. La gente se ha mantenido unida.
Hemos seguido luchando -incluso después de desmontar el campamento de la Castellana-, si bien de una manera más larvada, pero igualmente viva. Desde el primer momento siempre hemos mantenido activa la vía judicial con la esperanza de que la justicia nos diera la razón. Esta expectativa siempre ha estado clara. Ha sido una lucha por la vía judicial. Cuando vimos que las promesas no iban a dar fruto, lo único que nos quedaba era que la justicia nos diera la razón.
De trabajadores a empresarios
Durante estos 12 años ha habido de todo. Un colectivo de personas que no encontrábamos trabajo fundamos Sintratel. Llegamos a ser 500 personas. Es una empresa que todavía funciona, pero la crisis también le ha afectado. Era el instrumento que nos ha ayudado para seguir en el mercado y ser capaz de colocarnos. Aquí hemos sido nuestros propios jefes y empresarios. Probablemente sin esta empresa toda la cohesión de los trabajadores no hubiera existido.
En Sintratel nos dedicábamos a lo que ya sabíamos hacer en Sintel; al cable de comunicación. Pero nacimos con una tara concreta: no podíamos trabajar con el gran contratador de este sector, Telefónica, porque teníamos un pleito en contra.
La constancia de la cabeza visible de nuestra asociación, de su junta directiva, ha sido decisiva. Nunca ha dado por perdida la batalla. Cuando sacaron del proceso a Telefónica y la liberaron de toda culpa fue un palo grande, porque los imputados que quedaban no tenían ninguna responsabilidad. El único imputado que quedaba con capital era MasTec, una empresa que está en Miami.
Entonces, al pasar a ser una cuestión de Derecho Internacional, pensamos que iba ser todavía más complicado. Pero nuestros abogados les han ido arrinconando hasta llevarles a un proceso judicial, y cualquier persona que se someta al dictamen de un juez sabe que cuenta con la posibilidad de perder. MasTec cotiza en la bolsa de Nueva York. Quizás porque no quería ver su prestigio comprometido, ha decidido llegar directamente un acuerdo económico con nosotros. Ha sido el reconocimiento de que teníamos la razón.
Los gozos y las sombras
Al final haces balance y ves que no pocos compañeros que se han quedado en el camino, que han fallecido. No sé hasta que punto una lucha tan tremenda influye en tu salud. Durante este trayecto han habido no pocos –Pedro, Antonio…- que se han ido.
Lo peor ha sido la incertidumbre. Pasamos de ser prácticamente empleados públicos a quedarnos casi sin nada. Ves que te has quedado sin trabajo de la noche a la mañana en este contexto de crisis de empleo. Y todo, por el juego especulativo de una operación de ingeniería financiera. Ha sido duro. Al principio vivíamos de la solidaridad de familia y amigos, pero esto tiene un límite. La gente que no ha podido recolocarse son los que peor lo han pasado.
Lo mejor ha sido comprobar que seguíamos unidos, en concentraciones, en actos, para hablar con los políticos. Hemos seguido juntos a pesar tiempo y distancia. Los compañeros de la junta nos han dado muchos ánimos, nos decían que teníamos la razón, y al final se ha demostrado que sí. El sentimiento que predomina ahora entre nosotros es la alegría.
Sin los medios de comunicación, que han recogido nuestros pesares y alegrías, nuestra lucha tampoco hubiese sido posible. Por ello, también me gustaría daros a vosotros las gracias.