La incertidumbre política ante la consulta soberanista en Catalunya, que enfila sus semanas clave, se ha trasladado al cuerpo nacional de Policía, en espera de instrucciones sobre cómo se habrá de actuar ese día si el Gobierno de la Generalitat mantiene finalmente la consulta pese a la suspensión del Constitucional.
Hasta el momento, los agentes no han recibido ninguna directriz sobre su actuación en Catalunya el 9 de noviembre. Lo único que se conoce es que Interior ha incluido una eventual consulta en su calendario de grandes actos del año y que prevé destinar a ella una dotación similar a la que habitualmente se contempla para fechas electorales o incluso eventos deportivos de especial trascendencia. Esta presencia policial pasaría por nueve unidades de intervención policial, antidisturbios, para toda la comunidad, lo que supondría unos 400 agentes. Una dotación que Interior enmarca en la normalidad.
En cualquier caso, la actuación de los agentes será meramente preventiva, puesto que la seguridad ciudadada en Catalunya compete exclusivamente a la policía autonómica, los Mossos d»Esquadra. “Estamos de reserva, como es habitual”, afirma a este diario Javier Estévez, portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en la Policía Nacional. Siguiendo el protocolo de la policía en Catalunya, los agentes se encargarían principalmente de custodiar los edificios oficiales que el Estado tiene en la comunidad, como la Jefatura Superior de Policía o Delegación de Gobierno, para evitar incidentes.
Desde este sindicato, no obstante, admiten su preocupación por la inconcrección mantenida hasta ahora y cómo ello puede afectar a la actuación policial e instan al Gobierno a que defina de inmediato las instrucciones. “La parte política tiene que moverse. Aquí no han determinado nada y pedimos que se tenga cierta previsión para las cosas, y se nos informe de si tenemos que actuar nosotros”, afirma este portavoz, que no oculta que el principal temor en el Cuerpo es que el 9-N acabe derivando en “un enfrentamiento entre la policía y los ciudadanos” que quieran acudir a las urnas.
«Esto es un problema político que no puede derivarse a una actuación policial en el último momento. Si no se hace nada y ese día acaba habiendo una invasión en las calles en las que la gente quiere hacer algún tipo de voto está claro que se puede derivar en eso”, advierte Estévez. «Tememos que no se tomen medidas antes, que no se informe del nivel de permisividad con el que tenemos que trabajar y tememos que al final se derive en un enfrentamiento».
Tampoco en el Cuerpo pasa desapercibido el hecho de que la prohibición de la consulta pueda derivar en una gran manifestación en las calles catalanas. En ese caso, la intervención correspondería a los Mossos, pero ellos también podrían colaborar si así lo determinan los mandos policiales. No obstante, alertan de que ante una protesta masiva podrían verse también desbordados. “Si todo el mundo sale a la calle, podría haber dificultades para dominarlo y canalizarlo”, asegura este portavoz.
Desde la Dirección General de la Guardia Civil, por su parte, afirman que tampoco se han recibido instrucciones y recuerdan que su actuación dependerá en todo caso de lo que les haga llegar el ministerio de Interior. «Si dice que tenemos que intervenir, intervendremos, incluso en Barcelona capital», afirman fuentes del organismo
Los policías catalanes recuerdan su respeto a la Constitución
Los policías catalanes, por su parte, han mostrado también su malestar porque se les esté «metiendo en medio» de lo que consideran un problema político. El portavoz del Sindicato de Policías de Catalunya, que representa a Mossos d»Esquadra, Guardia Urbana y la policía local, David Miquel, ha recordado además que los Mossos deben jurar o prometer acatamiento a la Constitución y al Estatut y hacer.
«No paran por un lado y por otro de meter al cuerpo de Mossos en medio», ha criticado Miquel en una entrevista a la emisora Cope, en la que ha pedido no confundir a la policía autonómica con el Ejército de un país y ha recordado que la policía debe actuar con neutralidad y cumplir y hacer cumplir la ley, la Constitución y el Estatut.
«Nosotros somos un cuerpo policial, no el Ejército de ningún país, confundir cuerpo policial con Ejército es un error estratégico y mezclar policía y política da como resultado policía política, y eso es muy pernicioso», ha expuesto Miquel, que ha agregado que aunque en el cuerpo de Mossos hay diferentes sensibilidades, todas quedan al margen al ponerse el uniforme: «Hay que ser un profesional y la ley nos obliga a ello».