Unos 2.000 pacientes en España esperan un trasplante de hígado. Fernando Pardo, presidente de la Sociedad Española de Traplante Hepático, asegura que más de la mitad de los enfermos se someterán a la intervención en un año y destaca que han mejorado las condiciones de vida para los pacientes con fallos hepáticos: «La mortalidad para los enfermos en lista de espera es menor del 8%», señala.
Un paciente con un hígado trasplantado puede estar sin problemas 25 años. Y más tiempo. El primer trasplante hepático en España se practicó en 1984 en el Hospital de Bellvitge, de Hospitalet en Barcelona. La practicaron los doctores Carles Margarit y Eduardo Jaurrieta.
El doctor Jaurrieta cuenta que vivió con una «alegría hermosa» esa primera intervención, un reto, porque la experiencia internacional entonces era reciente. «Me había formado en Alemania. Allí hacían este tipo de trasplantes y comprobé que utilizaban los mismos medios que en España. Nada extraordinario». La complejidad entonces era la extracción del hígado enfermo y mejorar el sistema de inmunosupresión para evitar el rechazo del órgano trasplantado.
Desde hace una década se practican trasplantes de trozos de hígado, un órgano que se regenera en un mes. Los pacientes reciben el 40% de un hígado.
Para ser donante, hay que tener el mismo grupo sanguíneo que el paciente y las pruebas médicas deben certificar que la donación no supone un riesgo para salud.
Jaurrieta lamenta el intento de compra-venta de un hígado, el primer caso en España: «Afortunadamente se ha truncado, pero esto hace daño a la imagen del sistema», sostiene.
Fernando Pardo, presidente de la Sociedad Española de Traplante Hepático, incide en que el sistema de trasplante tiene «garantías extraordinarias». «Es un día duro, pero por las garantías se ha evitado esa compra-venta. Y que nadie piense que tiene más oportunidades de operarse fuera».