«Cuando el bosque aporta rentabilidad a una zona no arde, no hay grandes incendios y tenemos ejemplos de ello en España como el de la Sierra de Urbión«, dice Raúl de la Calle, del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales.
La sierra a la que se refiere el ingeniero se encuentra entre Soria, Burgos y La Rioja y su inmenso bosque de pinos (más de 100.000 hectáreas) se reparte entre 35 municipios. Los habitantes de la zona viven, mayoritariamente, del turismo rural, la madera de los bosques y otras materias primas como la miel o las setas. Es decir, todas ellas fuentes de riqueza que ofrece el monte. Por eso, y pese a ser uno de los bosques más espesos y grandes de España, esta zona no ha sufrido «ningún incendio de importancia en los últimos cien años».
La explicación está en que son tierras comunales: trabajadas por todos en cada municipio a cambio de una pequeña cantidad. Así, los vecinos de cada uno de los pueblos se involucran en el cuidado, protección y vigilancia del monte para el bien del conjunto. Las tareas de limpieza se reparten entre todos y los beneficios de zonas comunales revierten proporcionalmente en cada uno de los municipios.
Tierra de Pinares, que así es como se llama la zona, se gestiona subastando entre los empresarios madereros de la zona la tala de diferentes partes del bosque cada año con lo que se garantiza la regeneración del campo, el control de incendios y los ingresos por la venta del material.