Artur Mas ha reconocido la derrota de su proyecto, pero no lo ha enterrado. El presidente catalán ha recurrido a un argumento común en estos tiempos para justificar su caída electoral, a pesar de ser la fuerza más votada.
Culpó de parte de esta pérdida de votos a las duras medidas de ajuste económico que ha tenido que tomar para hacer frente a la crisis económica en los dos años que lleva en el gobierno.
«Normalmente, los gobiernos que se han sometido a las urnas (durante la crisis) terminan siendo cambiados», dijo Mas, asegurando que «a pesar de nuestras condiciones, de la intensidad de los recortes, seguimos teniendo un apoyo electoral importante».
El presidente regional catalán insistió en que no se arrepiente de haber convocado elecciones anticipadamente buscando lograr una mayoría absoluta que respaldara su proyecto de referéndum de autodeterminación.
Un plan que el líder de CIU quiere sacar adelante aunque no tenga la mayoría. «La situación es más complicada, pero eso no quiere decir que el país tenga que renunciar a sus objetivos», aseguró.
Por ello, llamó a los otros partidos a «hacerse corresponsables» del gobierno en la comunidad para sacar adelante el proyecto soberanista.