Los 27 de la Unión Europea han solicitado un aplazamiento hasta el martes para tomar la decisión sobre la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera, respondiendo a la petición del gobierno español. La UE espera una respuesta jurídica sobre el impacto de la medida en el funcionamiento práctico del organismo.
“La presidencia ha podido constatar que nadie ha manifestado un veto contra nuestra propuesta. Ningún estado miembro ha ejercido su veto a nuestra propuesta. Algunos estados miembros han pedido más tiempo para analizarla, su desarrollo e implantación. Hemos acordado seguir trabajando para dar respuesta y canalizar los comentarios de los estados a esta propuesta española”, ha explicado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
Además, el ministro ha propuesto este martes que el “despliegue” comience con el uso del catalán, mientras que algunos estados miembros han planteado «dudas» al introducir «de una sola vez» tres lenguas diferentes. «Ante las dudas por parte de miembros sobre las 3 lenguas de una sola vez, hemos priorizado el catalán, pero la defensa se ha hecho de los 3 idiomas», defiende Albares.
Por otro lado, los países han reclamado datos más detallados sobre el impacto financiero y el coste que tendrá la media.