El Conjunto de las Administraciones Públicas cerró el ejercicio 2022 con un déficit del 4,81% del PIB, lo que supone 63.776 millones de euros, incluida la ayuda financiera. Se trata de una reducción del 23,1% respecto al año anterior. Es decir, a pesar del difícil contexto vivido el pasado ejercicio con el alza de precios derivado de la invasión rusa de Ucrania, el déficit disminuyó 2,1 puntos porcentuales y mejoró las previsiones comunicadas a la Comisión Europea de situarse en el 5%. El déficit cae hasta el 4,73% del PIB si se descuenta la ayuda financiera. Por tanto, es el tercer año consecutivo que el dato final es inferior a la tasa de referencia fijada.
Además, si se compara con 2020, cuando el déficit alcanzó el 10,1% por las medidas de protección del empleo y lucha contra la pandemia, el déficit se ha reducido más de la mitad (un 53%). En concreto, en dos años se ha rebajado más de 5 puntos porcentuales, el mayor descenso de la historia para un periodo tan corto, sin incluir en el saldo la ayuda financiera. Esto supone que desde 2020 España ha reducido en 49.500 millones el déficit público.
Esa significativa reducción del déficit se ha conseguido gracias a una política del Gobierno que, lejos de recortar servicios públicos como ocurrió con anteriores ejecutivos, se ha basado en proteger a la mayoría social del país reforzando el Estado de Bienestar, impulsando el crecimiento económico, fomentando la creación de empleo de calidad y apostando por la transformación del modelo productivo apoyado por los fondos europeos.
En este sentido, la caída del déficit se debe en su mayor parte al gran comportamiento de la economía con un aumento del PIB del 5,5% por segundo año consecutivo que permitió a España liderar el crecimiento de las grandes economías de la UE en 2022. Asimismo, la evolución positiva del empleo, con cifras récord de afiliación a la Seguridad Social, también permitió avanzar en la consolidación fiscal.
Ambas variables, crecimiento económico y empleo, contribuyeron a un incremento de los ingresos en 2022 del 14,4% en términos de caja. La aportación de la inflación en ese aumento fue solo de 5 puntos. Sin embargo, el Gobierno ha destinado muchos más recursos a medidas para mitigar el impacto del alza de los precios. Las rebajas fiscales, las ayudas directas, las bonificaciones o las subvenciones aprobadas por el Gobierno alcanzan los 35.000 millones y, de esta cifra, 22.217 millones de euros han tenido impacto en el ejercicio 2022.
De hecho, del déficit de 4,8% de 2022 hay 1,7 puntos porcentuales de PIB que corresponden a las medidas adoptadas por el Gobierno para paliar la crisis inflacionista derivada de la guerra. Dicho de otra manera, de no ser por la crisis energética, España habría cerrado en 2022 con un déficit similar a los niveles prepandemia. Las medidas fiscales para combatir el encarecimiento energético han permitido un ahorro a las familias superior a los 8.000 millones de euros.
Esta reducción decidida del déficit se acompaña de una mejora de la eficiencia y calidad de las finanzas públicas a través de las recomendaciones realizadas por la AIReF en sus análisis de gasto (‘spending reviews’). Según el Informe de Seguimiento de las Recomendaciones de los Spending Reviews que realiza el Ministerio de Hacienda, de las 277 recomendaciones realizadas por la AIReF en sus ‘spending reviews’, 100 ya se habrían implementado y 154 estarían en proceso de implementación.
Si se analiza el déficit por subsectores, la Administración Central y la Seguridad Social tuvieron un comportamiento muy positivo y permitieron la reducción del déficit del conjunto de las Administraciones Públicas.
En concreto, la Administración Central cerró con un déficit de 40.091 millones (3,02% del PIB) sin contar las ayudas financieras; las CCAA registraron un déficit de 15.085 millones (1,14% del PIB); las EELL alcanzaron un déficit de 1.647 millones (0,12% del PIB); y los Fondos de la Seguridad Social un déficit de 5.986 millones (0,45% del PIB).
En el lado de los recursos, en términos de contabilidad nacional, los ingresos han aumentado un 8,1% (42.603 millones) debido fundamentalmente a los mayores recursos fiscales (33.884 millones), así como a la positiva evolución de las cotizaciones sociales, que crecieron un 4,8%.
Por el lado del gasto, que se ha incrementado un 3,8%, caben destacar las siguientes partidas que provocaron este comportamiento: consumos intermedios (9,7%), remuneración de asalariados (4,2%), intereses (21,3%) y subvenciones (45,5%).
Comportamiento de los ingresos tributarios
Si se analizan los ingresos tributarios en términos de caja, los datos de la Agencia Tributaria muestran que se elevaron hasta los 255.463 millones de euros, lo que supuso un incremento del 14,4% respecto a la cifra del año 2021.
El aumento de los ingresos en 2022 se explica, fundamentalmente, por el crecimiento económico reflejado en el aumento del gasto en consumo y de los beneficios empresariales- con el aporte adicional de las cuotas positivas de las declaraciones anuales que corresponden a bases imponibles de 2021-, así como de la mejora del empleo y de los salarios.
El impacto de la inflación no fue el elemento más determinante en la recaudación, y que contribuyó solo en 5 puntos a la recaudación. De hecho, los impuestos que más aumentaron fueron Sociedades e IRPF, vinculados al buen comportamiento de la economía y el empleo.
De esta forma, los ingresos por el IRPF crecieron en 2022 un 15,8% hasta alcanzar los 109.485 millones. Casi la mitad del crecimiento de los ingresos totales proceden de esta figura. Las principales razones que explican el crecimiento son el aumento de las rentas del trabajo (salarios y pensiones), los buenos resultados de la declaración anual de 2021 presentada a finales de junio de 2022 y el incremento de los beneficios de las empresas personales.
Los ingresos en el Impuesto sobre Sociedades crecieron un 20,8% hasta situarse en los 32.176 millones. Se trata de un reflejo de la favorable evolución de los beneficios tanto en 2022 como en 2021. Los primeros se manifestaron en un fuerte aumento de los pagos fraccionados (17,7%), generalizado además por tipo de empresa, aunque especialmente elevado en los grupos consolidados y, dentro de ellos, en los grupos de los sectores bancario y energético.
En 2022 los ingresos por el IVA crecieron un 13,9% hasta los 82.595 millones. El crecimiento sería del 16% si se añadieran los ingresos no recaudados por las rebajas fiscales sobre los consumos energéticos. Por su parte, los Impuestos Especiales crecieron en conjunto durante 2022 un 2,5% hasta los 20.224 millones.