Este fin de semana fallecieron dos usuarios de bicicleta al volcar un camión en Navarra y otros ocho resultaron heridos al ser atropellados en Pontevedra.
Con motivo de estos sucesivos accidentes, varias asociaciones han puesto el grito en el cielo y piden más precaución por parte del resto de vehículos.
El fallecimiento de ciclistas y motoristas es una de las asignaturas pendientes de la DGT en la prevención de accidentes y víctimas mortales. El Plan Estratégico de Seguridad Vial (2001-2020) tiene como uno de sus tres principales objetivos crear un millón de usuarios de bicicletas sin que aumente la tasa de mortalidad.
Según la DGT, desde el uno de enero al 22 de junio de 2014 han muerto en las carreteras 24 ciclistas. Sin embargo, en el mismo periodo de 2013 hubo seis fallecidos menos. Por tanto, aunque el aumento de los ciclistas fallecidos en lo que va de año no es desmesurado, estos datos deberían alertar tanto a conductores como a aquellos que practican este deporte.
36 personas perdieron la vida el año pasado usando la bicicleta en la carretera, 10 (un 28%) no llevaban casco. El 45,5% de los corredores no usa esta protección. Con estos datos, el colectivo ConBici concluye que esta prenda es poco efectiva cuando los accidentes se producen en carretera, en lugar de vía interurbana. Consideran que su seguridad es limitada cuando se corre por carretera. La ley que hace obligatorio el uso del caso para los ciclistas cumplirá una década el próximo año sin que la DGT haya realizado un estudio «objetivo» de su impacto, apuntan desde ConBici.
Educación en las aulas
Sin embargo, desde el Club Ciclista Rias Baixas de Pontevedra, su presidente Jose Luis Chaparro, analiza los factores por los cuales los conductores de turismos y otros vehículos a motor son los que no respetan al ciclista.
«Hay un probema de educación vial en España. Los valores valen muy poco y la sociedad no stá bien educada. El conductor de un turismo debe saber cómo se circula cuando hay un ciclista en la carretera», señala Chaparro.
El máximo responsable del club gallego siente que existe una agresividad «demasiado peligrosa entre las personas. Hay muy poca tolerancia entre los conductores de turismo y mucho aprovechan cuando hay un ciclista en la carretera para meterse con ellos. Es una manía», agrega Chaparro.
Una de las medidas que Chaparro ve oportunas introducir en los ciclistas es llevar en el casco una cámara que graba todo lo que sucede, pero contempla que «somos muy frágiles y estar en la carretera es una loteria».
Para Chaparro uno de los principales problemas es que las autoescuelas no educan bien. «Los profesores de autoescuelas no forman bien y salen sin saber lo que hay en la carretera».
ConBici, que agrupa a 54 asociaciones y colectivos de ciclistas de toda España, reclamó que en los colegios y en las autoescuelas se impartan clases de educación vial referida a cómo deben comportarse los conductores, motoristas y peatones ante los ciclistas y estos con el resto de usuarios de las vías.
El director técnico de ConBici, Manuel Martín, hizo esta petición, después de que este pasado fin de semana murieran dos ciclistas y otro resultara herido al volcar un camión sobre ellos en Caparroso (Navarra), y otros ocho usuarios de la bicicleta resultaran heridos al ser atropellados por una furgoneta en Oia (Pontevedra).
Martín rehusó valorar la siniestralidad de este fin de semana y prefirió esperar al final de año para determinar “si ha habido una tendencia al alza” en los accidentes de tráfico con ciclistas implicados.
No obstante, abogó por más “políticas de educación desde los colegios hasta las autoescuelas”, para “poner en valor” el papel de la bicicleta como elemento deportivo y como medio de transporte y con el fin de que “todos sepamos comportarnos ante los ciclistas y los ciclistas ante los demás”.
Además, Martín apeló a “la vigilancia del cumplimiento de las normas para proteger a los ciclistas”, esto es, que los adelantamientos se hagan con al menos 1,5 metros de seguridad. “Los conductores pueden rebasar la línea continua para guardar esa distancia de seguridad y por ello no se les puede multar, porque así está previsto en el Reglamento General de Circulación”, apuntó.
Martín señaló que los conductores no deben adelantar a ciclistas cuando haya otros usuarios de bicicleta en el carril contrario, “aunque vayan por la cuneta”, y que “tengan en cuenta la diferencia de velocidades” entre quienes van sobre dos ruedas y lo hacen ante el volante de un vehículo.
CALLES A 30 KM/H
Por otro lado, Martín subrayó que ConBici ha hecho llegar a la Dirección General de Tráfico (DGT) una batería de alegaciones ante la próxima reforma del Reglamento General de Circulación con el fin de que “se respete más al ciclista”.
Por ejemplo, que al ciclista se le permita ir por el centro del carril, que la velocidad máxima para los vehículos motorizados sea de 30 kilómetros por hora cuando circulen por el carril derecho (en las calles de un único carril por sentido, el borrador de la DGT incluye ese límite a 30 km/h) y que se diferencien las aceras de las zonas peatonales, de manera que se prohíba con carácter genérico que los ciclistas vayan por las aceras y se les permita de forma general que circulen por las zonas peatonales, salvo en las excepciones que determinen los ayuntamientos.
Hoy mueren tres ciclistas al mes
Las estadísticas han mejorado con respecto a diez años atrás, cuando el promedio de ciclistas fallecidos era de uno cada tres días y el total de muertes anual rondaba el centenar. Hoy en día mueren tres por mes.
Según la Subdirección General de Investigación y Formación Vial, la mayoría de los accidentes se producen en domingo y por carreteras convencionales de buena visibilidad.
El problema de la siniestralidad durante la práctica del ciclismo reside en que el colectivo de ciclistas comparte la calzada con treinta millones de vehículos, quince millones de los cuales tienen más de diez años de antigüedad.
La práctica del ciclismo popular, especialmente durante los fines de semana, es una actividad beneficiosa para la salud, pero también de riesgo, una de las que produce más lesiones y muertes, por encima del alpinismo, el paracaidismo y el submarinismo.
La nueva Ley de Seguridad Vial, que entró el vigor el 11 de mayo pasado, introdujo novedades que afectan a la práctica del ciclismo, exigiendo el uso del casco para todos en vías interurbanas, y para los menores de 16 años tanto en carretera como en ciudad.