ECCE HOMO
Las redes sociales comenzaron a echar humo, cuando Cecilia Giménez decidió restaurar por su cuenta y riesgo una pintura del Ecce Homo, obra de Elías García Martínez, que decora uno de los muros de la iglesia del Santuario de la Misericordia, en Borja.
Cecilia, aficionada a la pintura, decidió acometer una intervención en la obra de Elías García Martínez, muy deteriorada por la humedad de la pared en la que se encuentra desde principios de siglo.
El resultado fue tal, que no tardó en convertirse en noticia.
El retrato surrealista surgido de la manipulación de una señora octogenaria restauradora, a la que se le ocurrió la idea de limpiar un poquico la imagen, se ha convertido en una de las grandes chapuzas en tono de humor.
PALACIO DE CONGRESOS DE OVIEDO
El arquitecto Santiago Calatrava tuvo que pagar una indemnización de 3,27 millones de euros a la promotora Jovellanos XXI por los errores cometidos en la obra del Palacio de Congresos de Oviedo.
El proyecto alcanzó cifras desorbitadas al derrumbarse el graderío diseñado por el arquitecto y que catalagó de «arriegado».
A eso hubo que sumar una inversión de 10 millones para solucionar los problemas de movilidad de una cubierta que, finalmente, se dejó fija.
Pero no todas las demandas van dirigidas a él, el ayuntamiento de Bilbao fue condenado a indemnizarle por “alterar su obra”. El ayuntamiento añadió una pasarela en el puente Zubi-Zuri porque los paseantes resbalaban con el material elegido por Calatrava para la superficie y se lesionaban.
CIUDAD DE LAS ARTES Y LAS CIENCIAS DE VALENCIA
Inaugurado solo hace ocho años y con un coste de 478 millones, el Palau de les Arts de Valencia presenta ya en su cubierta desperfectos que amenazan con desprendimientos.
El gobierno valenciano se ha tomado en serio los abombamientos producidos en el mosaico con que está recubierta la fachada, hasta el punto de que los técnicos no descartan arrancarlo y volver a reponerlo por temor a que se produzcan desprendimientos.
Desde el primer momento comenzó a dar problemas, la noche de su inauguración decenas de invitados protestaron porque desde sus butacas apenas podían ver el escenario. La falta de visibilidad obligó a que la sala tuviera que reformarse dos años después, reduciéndose el aforo para eliminar 200 butacas ciegas.
Solo dos meses después de iniciarse su primera temporada, el Palau de les Arts se quedó sin escenario. La avería del sistema hidráulico que mueve las plataformas de la escena ocasionó que una de ellas cediera y se hundiera, hubo que cubrir la plataforma hundida para dejar al mismo nivel los 460 metros cuadrados del escenario.
Pero no quedó ahi, en la segunda temporada del Palau de las Arts las lluvias inundaron completamente el edificio, que permaneció cerrado y sin electricidad durante una semana. El agua dañó los motores que mueven los escenarios, la iluminación, los sistemas informático y eléctrico y los proyectores, para evitar nuevas inundaciones fue necesario construir un muro de protección que bordea el Palau para desviar el agua.
CÚPULA DE BARCELÓ
Lo que algunos llamaban la ‘capilla sixtina del siglo XXI’ comenzó a caerse a trozos sólo unas semanas después de su inauguración. La obra que realizó el mallorquín Miquel Barceló en la sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones de la sede de la ONU en Ginebra, costó la friolera de 20 millones de euros. Además el gobierno español utilizó 8 millones de los contribuyentes para financiarlo, incluso se destinó medio millón de euros de fondos destinados a ayudar a los países del tercer mundo.