Francisco Torres, un jubilado de 71 años, se encontró de repente sin dinero, sin poder sacar ni un euro de la cartilla y con la sensación de que 25 años de trabajo en la Cooperativa Agraria de L»Aldea (Tarragona) no han servido para nada. «Te duele por dentro lo que está pasando. He perdido todo el dinero. Cada vez que lo pienso, me entran ganas de llorar«. Este vecino, uno de los 3.000 afectados por la quiebra de la cooperativa, se muestra todavía confiando en que la situación mejorará en Navidad.
Pese a que tanto él como su mujer se han visto afectados por el bloqueo de los depósitos de la entidad, Francisco subraya que otras familias lo están pasando peor. «Afortunadamente tengo a mi hija, que nos está ayudando, y no me falta para comer«. Remarca que son muchas las muestras de solidaridad de vecinos y amigos. «Me han ofrecido ayudas, pero no quiero abusar».
Francisco lamenta haber depositado todos sus ahorros en la cooperativa, pero quiere ir paso a paso, primero espera recuperar la cartilla en Navidad, y después, tocará luchar para recuperar todo dinero.
María Isabel Gil se siente estafada, porque considera que mucha gente sabía los problemas de la cooperativa, pero no advirtió a los clientes, que siguieron ingresando sus ahorros. «El mismo viernes ingresé 4.000 euros y ya sé que los he perdido. Pero podrían haberme dicho que las cosas no iban bien». En su caso, el bloqueo de las cuentas ha afectado a ahorros y al seguro. «Al menos, estoy cobrando porque tenía la cuenta en otro sitio. Pero hay gente que no tiene dinero ni para comprar el pan». Esta vecina advierte de que no se va a quedar con los brazos cruzados, y exigirá responsabilidades a la junta de cooperativa. «Nos dicen buenas palabras, pero los vecinos tenemos que ir con la cabeza agachada. La gente aquí, ni come ni duerme«, lamenta.