El plan de reforma universitaria que estudia el Ministerio de Educación plantea que las universidades sean eficientes, transparentes y competitivas; que vendan sus avances y puedan elegir a profesores y rectores del extranjero.
La remodelación del mapa universitario es el otro frente del ministro José Ignacio Wert, mientras sigue gestionando con polémica y vaivenes la aplicación de la LOMCE. Que la universidad necesita un cambio lo dicen Gobierno, analistas, rectores, estudiantes o los ranking internacionales en los que ninguna universidad española figura entre las 200 mejores del mundo. Se habla de una burbuja universitaria, con 82 centros que ofertan 2.524 carreras para algo más de 1,4 millones de estudiantes.
El informe de los expertos habla de una universidad con agujeros en la financiación, que depende en un 80% de fondos públicos, con una débil actividad investigadora, plagada de duplicidades y títulos artificiales, y que ha fomentado la ineficiencia en la función docente.
Las claves del modelo de universidad que plantan los expertos se exponen en las siguientes propuestas:
-Abrir la contratación de profesores y rectores a docentes extranjeros
El informe propone que la contratación directa e indefinida esté abierta a profesionales de la UE y extracomunitarios, y que entre los candidatos a rector, haya académicos externos y que hayan desarrollado la carrera en el extranjero o procedan de otros países.
El cargo de rector será de cinco años renovables y su nombramiento depende del Consejo de Universidad, designado en un 50% por el Claustro, en un 25% por la comunidad y la otra parte restante por los estudiantes.
-Ligar la financiación pública a los resultados científicos
Los expertos plantean que la financiación pública dependa menos de sus costes administrativos y de personal, y más de sus resultados académicos y científicos. La idea es que uno de cada cuatro euros se conceda en función de los servicios docentes y la actividad en I+D+i.
-Más fondos privados y devolver la competencias en Investigación al Ministerio
El 80% de la financiación actual de las universidades depende del dinero público, es un porcentaje similar al de Bélgica, Francia, Irlanda y Portugal. Los académicos plantean aumentar la financiación privada a través de los contratos con empresas por la transferencia de conocimiento, es decir, por vender las investigaciones. También, con una reforma de la ley de mecenazgo que ayude e incentive a los particulares y empresas para financiar las actividades.
En el Reino Unido el 35% del dinero que reciben los centros es público, como pasa en EEUU y Japón.
-Evaluaciones periódicas de la calidad de las universidades
Para determinar si cumplen con sus presupuestos y son eficiencias. Los centros captarían fondos del exterior y se tendrá en cuenta su convergencia con universidades extranjeros para fijar la nota. El resultado de estas pruebas influiría en la financiación por parte de las comunidades.
-Revisar la oferta de títulos en función de la demanda y la calidad
El informe señala que la oferta de titulaciones está sobredimensionada y que hay que hacer ajustes. Establece que las comunidades revisen la cartera de carreras y aprueban la oferta en función de la demanda, la calidad y las características demográficas y económicas de la zona donde se ubica el centro universitario.
-Préstamos para pagarse la matrícula y mecenazgo
El gasto medio por alumno es de 10.000 euros por curso, algo superior a la media de la OCDE. A pesar del aumento de las tasas universitarias para que el alumno aporte hasta un 25% del coste de la matrícula, sigue habiendo agujeros en la financiación de la universidad y hay “carencia” de becas.
Los expertos propone medias alternativas: préstamos directos financiados por el Gobierno, o y otra línea de créditos blandos por parte de las entidades financieras, como existe en EEUU y Canadá.