Varias organizaciones de trabajadores de la enseñanza, de estudiantes y la Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) han plantado al Consejo Escolar del Estado, que estudia en el pleno la reforma educativa del Gobierno. Estos colectivos se han marchado del pleno como protesta por no admitirse a trámite un informe alternativo a la ley educativa que ha presentado el sindicato STES (Confederación de Sindicatos de la Enseñanza).
Han dejado la reunión los representantes de los sindicatos CCOO, FETE-UGT, Intersidical Galega, STES y ELA; la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae) y el Sindicato de Estudiantes, además de Ceapa y parte de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
El Consejo Escolar es el órgano que representa a toda la comunidad educativa (sindicatos, profesores, padres, alumnos y representantes de la administración). El pleno del consejo está discutiendo el dictamen sobre la reforma educativa diseñada por el Ministerio que dirige José Ignacio Wert. Se trata de la séptima ley de la democracia, que recupera la reválida en Secundaria y Bachillerato y amplía el margen de decisión del Gobierno central sobre materias educativas.
El Consejo tenía previsto debatir también cinco informes alternativos presentados por las asociaciones de padres, CCOO, FETE-UGT, Intersindical Galega y el Consejo Escolar del País Vasco, en los que se rechaza abiertamente la reforma educativa.
Sin embargo, la presidencia del Consejo no ha admitido la tramitación del informe propuesto por la confederación de sindicatos. Las organizaciones de trabajadores consideran la decisión «censura». Argumenta que el informe de este sindicato «no cumple» el requisito de ser «respetuoso» y sus afirmaciones «superan la necesaria neutralidad de la institución», al incluir calificativos como «contrarreforma» o una reforma de «marcado contenido ideológico-político».
La Comisión Permanente del Consejo ha aprobado un dictamen que propone que los alumnos puedan presentarse a la evaluación del cuarto curso de ESO con hasta tres suspensos, siempre que no sean Lengua Castellana y Matemáticas; y que el título de Secundaria permita acceder tanto al Bachillerato como a FP.
También, propone incluir Cultura Clásica entre las asignaturas optativas de tercero y cuarto de ESO y que los directores sean considerados autoridad pública.