El secretario general del PSOE, Alfredo Perez Rubalcaba ha ofrecido un proceso “democrático, transparente, dialogado, legal y participativo” para cambiar la Constitución y las normas de convivencia entre Cataluña y el resto de España.
Ha planteado su intervención como un discurso «franco y honesto», que ha empezado afirmando su respeto a «todas las identidades». Rubalcaba afirma comprender a aquellos ciudadanos que se sienten más gallegos, andaluces o vascos que españoles y también a los que se sienten justo de la forma contraria.
Rubalcaba aseguró que el Estado no puede ceder una competencia que no tiene, como es la de autorizar a una comunidad autónoma, a una parte de España, a convocar una consulta con una pregunta que afecta a todos los ciudadanos, y que además se presenta como políticamente vinculante.
Dejó claro nada más subir a la tribuna que hablaba en nombre de todos los socialistas, los del PSOE y los del PSC, porque todos defienden la igualdad de oportunidades y de derechos y todos respetan todas las identidades y un modelo en el que todos los ciudadanos puedan sentirse “cómodos”, y rechazó por ello la pretendida “obligación” de elegir entre sentirse catalán o español.
Insistió en que el primer principio democrático es el respeto a las leyes, que se pueden cambiar, “faltaría más”, pero cuyo cumplimiento es siempre “inexorable” para un demócrata.
El debate de esta proposición en el Congreso, aseguró, no es para el PSOE el final de ningún proceso sino el comienzo de un diálogo en el que confía que sea posible que escuchemos y razonemos.
Rubalcaba se agarró al preámbulo de la proposición del Parlamento de Cataluña para reiterar que de esa consulta se pretende derivar un determinado comportamiento político y “convertir en realidad jurídica” la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas. Se busca, por tanto, un proceso “materialmente constituyente” que afecta a toda España y sobre el que no se puede pronunciar solo una parte de ella.
Coincidió con Rajoy en señalar que nunca en la historia Cataluña ha tenido una cota de autogobierno como ahora, y precisó a continuación que los socialistas “siempre hemos estado detrás de las decisiones” que han permitido avanzar en ese camino, porque siempre “hemos defendido sus instituciones, su cultura, su lengua y sus derechos históricos”.
Eso “marca diferencias” respecto a otros discursos y otros comportamientos, dijo Rubalcaba, porque los socialistas “siempre hemos entendido Cataluña como una comunidad plural”.
Recriminó al PP campañas “muy dañinas” que han propiciado el alejamiento de Cataluña respecto del resto de España, y también se dirigió especialmente a la comisionada representante de ERC, Marta Rovira, para denunciar un discurso “dañino” e “insolidario” que no tiene fundamento en una economía globalizada.
“No es tolerable”, aseguró, que haya en Cataluña quien defiende “que España nos roba”, porque los presupuestos los votan parlamentarios catalanes y porque todos los sistemas de financiación se han acordado con la Generalitat.
Aunque reconoció la existencia de un “problema” de relación entre Cataluña y el resto de España, se mostró “absolutamente en desacuerdo” con el derecho de autodeterminación, porque es un derecho “concebido para irse” y que suscita “inestabilidad permanente” en los estados.
En vez de votar para separar, Rubalcaba reclamó un diálogo para seguir juntosy superar las dos tensiones territoriales, la centrífuga y la centrípeta, con una reforma de la Constitución.