España nunca ha destacado por una política exterior firme. En los últimos meses este ministerio ha tenido que enfrentarse a Argentina, por la expropiación de YPF a Repsol, y a Bolivia que ha expropiado a Red Eléctrica Española su filial en ese país.
Cuando parecía que las aguas volvían a su cauce ha vuelto uno de los antiguos quebraderos de cabeza de España. La Royal Navy de Gibraltar atacaba esta semana a varios pesqueros españoles cuando faenaban en la frontera con este país. El conflicto desató una serie de ataques entre ambos países, pero nadie creía que dentro del mismo país un partido acusara a otro de estos incidentes.
El Partido Socialista responsabilizaba a los a los pescadores de la localidad de Algeciras de los incidentes ocurridos en aguas próximas a Gibraltar, con unas «provocaciones teledirigidas desde algún despacho de Algeciras», donde gobierna el PP, con las cuales «rompen por las bravas cualquier posibilidad de solución pacífica y diplomática». En un comunicado el PSOE afirmaba que estos incidentes suponen un “desafío sin sentido».
“Lo más razonable en este caso sería la colaboración entre los dos grandes partidos del país”, afirma el profesor de Sociología de la universidad de Málaga, Andrés Lozano. Este experto apunta que los ciudadanos echan de menos que los políticos no hablen y que usen cosas como estas como arma entre ellos. “Los políticos están contribuyendo a que la gente pierda el interés por la política”, concluye.
Bernabé Tierno cree que los políticos solo piensan en su partido y no en el bien de España. Este sociólogo y autor del libro ‘El triunfador humilde’ señala que los políticos deben hacer esfuerzos para dejar a un lado sus ideales y unirse para cosas concretas como es el caso de Gibraltar.