Varios miles de personas se han manifestado hoy en la Puerta del Sol de Madrid en apoyo a los estudiantes de Valencia y han exhibido varias pancartas pidiendo libertad de expresión y que paren los «abusos policiales» tras las incidentes registrados en los últimos días en la ciudad levantina. Los hechos de Valencia parecen haber encendido la mecha de las protestas y en Madrid aún quedan muy cerca las movilizaciones de indignados.
Los concentrados, que se han dado cita en Sol a las 19.30 a través de las redes sociales, han ocupado más de la mitad de la plaza y han coreado consignas de apoyo a los estudiantes valencianos, como «Valencia escucha, Madrid está en la lucha».
Se han vivido algunos momentos de tensión, sobre todo cuando los manifestantes han cortado el tráfico en la Puerta del Sol y se han acercado al cordón policial que protege la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, profiriendo insultos y abucheando a los agentes.
Sobre las 20.45 los concentrados han abandonado Sol y se han dirigido por la calle Preciados a la Gran Vía, donde han logrado cortar el tráfico y han tomado rumbo hacia la plaza de Cibeles.
En la pancarta de cabecera se puede leer «En solidaridad con los estudiantes valencianos contra los recortes. Nosotros también somos el enemigo», en alusión a las declaraciones del Jefe superior de Policía de la Comunidad Valenciana, Antonio Moreno, que se refirió a los estudiantes que protestaban como el «enemigo«. Además, los concentrados en Madrid portan carteles con lemas sobre la «libertad de expresión» y «contra los abusos policiales».
Unos tres mil manifestantes, a los que se han ido uniendo otros participantes han marchado por la capital hasta detenerse en la sede del PP en la calle Génova. Los jóvenes han permanecido frente a la sede, ya bien pertrechada por siete furgones de la Policía, pero aún así, la cosa se fue calentando por momentos cuando empezaron a volar objetos, entre ellos una bola de acero, según informa el diario »El País» en su web.
También hubo tensión cuando los manifestantes pasaron por delante del Ayuntamiento, que ya estaba también reforzado por las fuerzas de seguridad, de modo que la cosa no pasó a mayores.
De momento, la Policía se mantiene en un perfil bajo, bajo la consigna de no responder a las provocaciones si no es estrictamente necesario.