Manuel Tajes, vecino de Muros de 49 años, es el único tripulante que continúa desaparecido tras la tragedia del pasado día 10 de marzo cuando el arrastrero »Santa Ana» se hundió de madruguada al estrellarse contra Isla Erbosa, frente al Cabo Peñas, en Asturias.
Tajes, cuya búsqueda se ha centrado en la costa cántabra por tierra, mar y aire, e incluso se ha ampliado a Vizcaya tras aparecer el pasado 26 de marzo, -y anunciado un día después– el cuerpo del otro marinero del »Santa Ana» que aún permanecía desaparecido, el contramaestre portugués Víctor José Farinhas Braga.
Manuel Tajes, casado con Ana Mayo y padre dos hijos -una chica de 20 años y un joven de 15-, era el maquinista del arrastrero. La familia vive en la parroquia de Albelleira, que pertenece al municipio coruñés de Muros.
«Se dedica a la pesca desde siempre, es un hombre de familia y no hay palabras posibles para definir este momento», manifestaba Víctor, un sobrino de Manuel Tajes, al »Faro de Vigo» un día después del hundimiento del pesquero, de bandera portuguesa y con base actual en Avilés, y propiedad del armador gallego, José Balayo.
De Manuel solo se escuchan cosas buenas en Abelleira. Sus vecinos hablan de su alegría, de su sonrisa… Y también de que llevaba toda la vida en el mar, ganándose la vida en una profesión que le gustaba.
«Puede decirse que es uno de los pescadores de cerco más experimentados, pero ya se sabe que el mar no atiende a razones y no distingue entre buenos y malos; Manolo era un hombre bueno y un ejemplo para muchos, pero ahora está desaparecido», comentaba al mismo diario un amigo de Manuel.
Mientras, su suegro decía a »La Voz de Galicia», «para mí era un hijo más. Lo quería mucho». Albelleira y todo Muros se mantienen a la espera de que se confirmen los peores presajios.