La Consejería de Sanidad madrileña ha indicado hoy que aplicará, en cumplimiento de una resolución del Ministerio de Sanidad, el abono por los pacientes de una «aportación reducida» por los fármacos que se dispensen en las farmacias de hospitales a enfermos graves o crónicos no ingresados.
Desde el próximo 1 de octubre, según publicó ayer el Boletín Oficial del Estado (BOE), los enfermos no ingresados deberán asumir una «aportación reducida» por los medicamentos para tratar enfermedades graves o crónicas dispensados en las boticas hospitalarias, con un máximo de 4,2 euros por envase.
«Esta medida se acordó en el Congreso en abril de 2012, hace más de un año», ha dicho a Efe una portavoz de la Consejería de Sanidad.
El Gobierno nacional «ha dictado la norma de aplicación, que es básica, y la Comunidad de Madrid la aplicará», se ha limitado a señalar la misma fuente.
La ministra de Sanidad, Ana Mato, explicó hace nueve meses en el Congreso que el objetivo es equiparar la receta médica con la orden de dispensación hospitalaria para evitar diferentes interpretaciones jurídicas y clarificar ambos conceptos, y poder seguir avanzando en la implantación de la receta electrónica.
Según explicó entonces Mato, se trataba de reflejar la realidad de la farmacia hospitalaria, que incluye los medicamentos que se dan a las personas ingresadas y los que se dispensan a través de estas boticas a pacientes no ingresados.
La ministra ha asegurado que, en modo alguno, los pacientes hospitalizados van a tener que pagar nada por los medicamentos que reciban durante el ingreso.
Por su parte, el líder del PSOE nacional, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha arremetido hoy contra el »copago» de medicinas hospitalarias, que han tachado como una medida de una «crueldad impensable, brutal e incomprensible», que además es «profundamente injusta».