Bill Gates, a través de su fundación, y Microsoft Alumni Foundation han premiado a Worlreader, una ONG con sede en Barcelona, dirigida por David Risher, miembro del International Advisory Board de ESADE, por introducir »e-books» en escuelas de Ghana y Kenia como herramienta educativa. El objetivo de la ONG es que las bibliotecas lleguen a todas las familias del planeta, mediante el uso de libros electrónicos. El premio ha consistido en 25.000 dólares y el acceso a recursos y disponibilidad de alumnos de la propia empresa Microsoft a su servicio.
Worldreader.org fomenta el hábito de la lectura de una forma más fácil, barata y fiable para proporcionar libros en las zonas más subdesarrolladas
y desfavorecidas . La compañía se fundó en 2009 y un año después puso ya en marcha un programa piloto de 500 niños en Ghana, con el apoyo del Ministerio de Educación del país africano.Recientemente, Worldreader acaba de obtener la autorización del Gobierno de Kenia para iniciar una prueba similar. Entre los colaboradores de la ONG se cuentan Amazon, Random House y el Gobierno de EEUU (USAID), mientras que a nivel español colaboran e-dreams y ESADE.
MÁS BARATO QUE EL PAPEL
Los costes reales de impresión y distribución de un libro pueden resultar hasta tres veces más caros en papel que en formato electrónico. Una realidad que, en los países desarrollados, se hace visible con la creciente y rápida penetración que el libro electrónico encuentra en el ámbito editorial.
En África, y en especial en determinados países del África subsahariana, con pobres industrias gráficas y peores carreteras, este diferencial entre el coste del libro impreso y el descargado en formato electrónico puede ser de hasta casi cuatro veces el precio del libro digital, según explican los responsables de esta iniciativa, pese a reconocer que «el lector electrónico todavía es un equipo caro«.
Asimismo, según un informe del Banco de África, un tercio de los africanos puede considerarse ya clase media. En este sentido, la progresión de redes de telefonía móvil (en su modalidad GSM), avanza a una velocidad infinitamente superior al avance de carreteras e infraestructuras viarias. Además, la telefonía móvil ha llegado antes, con una aceptable cobertura nacional, que las redes de telefonía fija.
Por ello, Worlreader ha concluido que, «aunque parezca un contrasentido, se ha demostrado que la carencia de las infraestructuras básicas facilita que muchas de estas sociedades sean más flexibles y ágiles al adoptar un cambio tecnológico que el consumidor occidental».