Tras una primavera más fría y lluviosa de lo habitual, el próximo viernes 21 de junio a las 07:00 de la mañana será, oficialmente, verano. La temporada estival no viene acompañada de calor y altas temperaturas, por lo menos en principio. Habrá que tener un poco paciencia porque los termómetros subirán pero de forma progresiva. Así nos lo cuenta Eduardo Román, director de »Sirimiri Consulting».
El día 21 a las 07:00 de la mañana, la Tierra ocupará un punto estratégico en su órbita con el Sol y se producirá el solsticio de verano que dará inicio a la temporada estival.
El mes de mayo ha sido más frío y lluvioso de lo habitual pero se irán abriendo claros progresivamente. «En el norte, costará un poco más ver el sol y las temperaturas están siendo un poco más bajas de lo habitual por estas fechas, no así en el centro y sur peninsular», advierte nuestro metereólogo.
La culpa la tiene un anticiclón más arriba de las Azores que envía viento del norte. Éste choca con el aire fresco del Cantábrico y convierte al Norte en una especie de refrigerador.
EL MEDITERRÁNEO SUPERA LOS 20 GRADOS
El calor de los útlimos días ha hecho que la temperatura del mar Mediterráneo haya alcanzado los veinte grados y se sitúe entre los 21 y 22 grados. Se espera que el julio alcance los 24.
El Cantábrico, en cambio, es más remolón y como ha hecho muy mal tiempo, la predicción es que en julio consiga superar la barrera de los veinte grados.
UNO DE LOS VERANOS MÁS LARGOS
Los cielos matutinos estarán dominados por la presencia de Marte y Júpiter. Estos dos planetas se irán acercando el uno al otro en el cielo hasta alcanzar el 22 de julio una distancia mínima de aproximadamente 1 grado. Venus y Saturno dominarán la primera parte de la noche y alcanzarán el 20 de septiembre una distancia mínima relativa de unos 4 grados.
Por su parte, la tradicional lluvia de estrellas de las Perseidas sucederá hacia el 12 de agosto, y su observación este año será favorable por coincidir con la Luna en fase cercana al cuarto creciente. En lo relativo a eclipses, el IGN ha informado de que no habrá ninguno, ni de Sol ni de Luna, durante esta estación.
El inicio de las estaciones viene dado, por convenio, por aquellos instantes en los que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En verano, esta posición se da en el punto de la eclíptica en el que el Sol alcanza su posición más boreal. Así, el día que esto ocurre, el Sol alcanza su máxima declinación norte, que son 23º y 17» y durante varios días su altura máxima al mediodía no cambia. A esta circunstancia se le llama solsticio (sol quieto) de verano. Justo en este instante en el hemisferio sur se inicia el invierno.
El día del solsticio de verano es el de mayor duración del año y, en torno a esta fecha se encuentra el día en el que el Sol sale más pronto y el que se pone más tarde.
En esta época se da la circunstancia (no relacionada con las estaciones) del día del Afelio, es decir el día en el que el Sol y la Tierra están más alejados entre sí a lo largo del año. Esto es lo que provoca que la Tierra se mueva más lentamente a lo largo de su órbita elíptica durante el verano (según la conocida como tercera ley de Kepler) y por lo tanto la duración de esta estación sea mayor.