Manuel González Rodríguez fue detenido en septiembre de 1989, cuando las fuerzas de seguridad lograron desarticular al comando Llodio, integrado por cuatro miembros no fichados de ETA Militar.
En la operación policial que se saldó con el arresto de tres integrantes del grupo, se aprovechó la información que llevó a desarticular el sanguinario comando Araba de la banda terrorista.
En el momento de su captura González Rodríguez viajaba como acompañante del conductor en el camión donde se ocultaba el comando Araba. Según publicó en su día El País, el terrorista reconoció su participación en cuatro atentados con explosivos, entre ellos, el ataque contra el cuartel de la Guardia Civil de Llodio llevado a cabo el 26 de junio de 1989, que causó heridas graves a 17 personas.
Manuel González también admitió su participación en varios atentados contra patrullas de la Benemérita. La Audiencia Nacional lo condenó a 53 años de prisión por un atentado cometido en Barakaldo (Vizcaya) contra agentes del Instituto Armado.