Los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk, y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, mantendrán una cena de trabajo el 26 de marzo en Bulgaria con el mandatario de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, para tratar las relaciones entre ambas partes.
Tusk y Juncker formularon la invitación a Erdogan en una carta publicada hoy en redes sociales por el portavoz del Consejo Preben Aamann y en la que se señala que Borisov, como líder del país que ostenta este semestre la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE), será el anfitrión del encuentro en la ciudad costera de Varna, en el este de Bulgaria.
«Será una buena oportunidad para evaluar conjuntamente asuntos de interés común y hechos recientes en su país, incluidos el Estado de derecho y las libertades fundamentales», apuntan Tusk y Juncker en la misiva.
Estos dos capítulos, subrayan, siguen siendo fundamentales para las perspectivas de la relación entre la UE y Turquía.
El texto recuerda que Erdogan y los representantes europeos acordaron en sus encuentros del pasado 25 de mayo en Bruselas mantener un diálogo abierto a través del compromiso en áreas de interés común, un proceso que desde entonces ha dado lugar a conversaciones en materia de lucha contra el terrorismo y cooperación económica, entre otras cuestiones.
«Nos embarcamos en este proceso entendiendo que debía ser apoyado por pasos concretos por parte de Turquía en el frente interno y en las relaciones con los Estados miembros de la UE», indica la carta, que celebra los «recientes esfuerzos para acercarse» a los socios europeos.
Erdogan visitó al presidente de Francia, Emmanuel Macron, en París el pasado 5 de enero y, si bien ambos líderes firmaron varios contratos en ámbitos como defensa o aeronáutica, el político francés dijo que los recientes acontecimientos en Turquía no permitían «ningún avance» en las negociaciones de adhesión a la UE.
Estas negociaciones empezaron en 2005, pero varios capítulos de las conversaciones permanecerán cerrados y ninguno se podrá sellar de forma provisional hasta que Ankara no aplique a Chipre el protocolo adicional del acuerdo que regula las relaciones entre la UE y Turquía.
La isla de Chipre está dividida en dos partes después de la invasión del norte por Turquía en 1974 y, mientras la República Turca del Norte de Chipre no ha sido reconocida internacionalmente, la parte grecochipriota, la República de Chipre, sí forma parte de la Unión Europea.
Cuando Turquía firmó en 2005 un protocolo para extender su unión aduanera a los diez Estados miembros más recientes, advirtió de que ello no significaba que reconociera la República de Chipre, lo cual sigue suponiendo a día de hoy un obstáculo para las negociaciones de adhesión.